Son Sant Joan, 7.30 horas de la mañana de ayer. Con el conseller de Turisme, Celestí Alomar, y el jefe de la oficina de Balears en Berlín, Josep Moll, subimos a bordo de un Boeing 737-400 de Futura. Nos acompaña Iyabó Carbó, directora del Servicio al Pasajero de dicha compañía. Durante el vuelo "dos horas y media", y tras el desayuno, Celestí Alomar y Moll nos explican el por qué estos niños alemanes "150, tal vez algunos más, acompañados de monitores y padres" se vienen de vacaciones a Mallorca.
Alomar deja claro desde el principio que en esto no hay nada político, «sino que es una cuestión de solidaridad hacia unos ciudadanos amigos que a causa de la tormenta que padecieron el pasado 14 de agosto no lo están pasando bien». Que el viaje, organizado por la citada oficina balear en la capital germana, «ha sido posible gracias a la colaboración que hemos tenido del Ministerio de Cultura y Educación alemán y de la Universidad de Dresden, muy relacionada con la UIB».
En realidad son tres turnos de vacaciones: el iniciado ayer, hasta el 10 de los corrientes, desde el 10 al 17 y desde 17 al 24. De octubre, naturalmente, pues se aprovechan en parte las vacaciones de otoño, «y a la vez, trayéndolos a la Isla, dejamos algo más libres a sus padres, en estos momentos muy ocupados en la recuperación de sus casas, algunas perdidas, algunas muy deterioradas», explica Moll. Los del primer turno van a Cala Millor y el segundo y tercereo, seguramente a Platja de Palma y Calvià. ¿Que de dónde proceden estos niños? Unos 50 del land de Sajonia-Anhalt y unos 105 de Sajonia. «En el aeropuerto de Dresden nos estará esperando el secretario de Estado del Ministerio de Educación y Cultura, pues el ministro, como hoy es el día de la unificación de Alemania, está en Berlín "aclara el director de la oficina Balear en Berlín, que añade" Queremos dar las gracias a la Federación Balear de Transportes y la Hotelera por su contribución desinteresada en esta operación (prestan autobuses y hoteles, ¡gratis!), lo que ha hecho que el desembolso para llevarla a cabo haya ascendido a unos cien mil euros, que es lo que cuesta fletar tres aviones».