El vicepresident del Govern balear, Pere Sampol, apostó ayer por frenar el crecimiento de la inmigración y el «insostenible» aumento demográfico en Balears mediante políticas que moderen los ritmos de crecimiento económico «desmesurado» registrados en los últimos años en el archipiélago. El vicepresident consideró necesario actuar mediante políticas de protección del territorio, que retraigan la construcción y que no permitan aumentos de la oferta turística, puesto que de lo contrario, la economía de las Islas seguirá creando más empleo del que la sociedad balear puede absorver y ello, según el vicepresident, se traducirá en un reclamo para la inmigración.
Esta es la causa, según Sampol, del gran incremento poblacional que ha registrado el archipiélago en los últimos años y que pone de manifiesto los 878.627 habitantes contabilizados en el censo de 2001, frente a los 760.379 de 1996. El vicepresident, quien acompañado por el director general d'Economia, Antoni Monserrat, presentó ayer las últimas publicaciones sobre demografía correspondientes al año 2000 y editadas ahora por el Institut Balear d'Estadística (IBAE), afirmó que los recursos naturales del archipiélago son limitados y que un excesivo número de habitantes puede «perjudicar» la necesaria «sostenibilidad» social, cultural, medioambiental y económica de las Islas, por cuanto la industria turística balear depende de una oferta y de un paisaje de calidad para ofrecer a los visitantes.
El vicepresident del Govern criticó las últimas declaraciones de la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar, quien ha afirmado recientemente que la inmigración no es compatible con la calidad de vida de los ciudadanos de Balears. El vicepresident emplazó a Munar a que se documente sobre la realidad de la inmigración y señaló que el 79 por ciento de los inmigrantes llegados a las Islas en el año 2000 provenían de comunidades autónomas del resto de España, mientras que europeos, africanos, americanos y asiáticos se reparten el 21 por ciento restante.