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Ramon Pedrós: «Pujol crece en el escenario, pero cuando baja es tosco y huraño»

El periodista desvela en su libro «La volta al món amb Jordi Pujol» una parte de los 10 años de trabajo como jefe de prensa del presidente catalánLas anécdotas de sus viajes, jugosas y divertidas, son el principal eje de la obra.

JOAN J. SERRA
"Diez años como jefe de prensa de Pujol y cuatro años después de dejar el cargo, escribe un libro un tanto ácido sobre el presidente de la Generalitat, ¿no es eso una traición?
"No, porque no es un ensayo político. Tampoco es un libro de denuncia o de investigación crítica. Es más, personas muy próximas a Pujol lo han leído y les ha gustado.

"¿Personas muy próximas? ¿Quiere decir que Pujol aún no lo ha leído o que no lo va a leer?
"Se lo envié dedicado, pero dudo que lo lea. Seguramente, no le gustaría. Lo consideraría frívolo. Alguien de su confianza le hará un resumen, una reseña, y le indicará los aspectos positivos y negativos.

"Aun así, cuando se encuentren, le hará algún comentario.
"Sí, pero no pasará de ser un comentario banal, indirecto, de segundas referencias, sin profundizar, simplemente porque no lo habrá leído.

"El escenario de la obra son los viajes realizados por Pujol.
"Sí, porque ofrecen anécdotas muy jugosas y el libro se hace más atractivo para el lector. Aprovecho para describir un poco los países visitados, como un libro de viajes, pero antes de entrar en ello dedico 84 páginas a la figura del protagonista.

"Es inevitable que me cuente alguna de las anécdotas.
"Pujol es un gran comunicador y prueba de ello es que hizo llorar a 200 empresarios japoneses apelando a sentimientos patrióticos. Otro hecho más desagradable fue cuando, en una cena con banqueros españoles en Madrid, hizo leer la carta de postres a un camarero tartamudo. La situación era muy incómoda y Pujol pudo solventarla eligiendo cualquier postre, pero el camarero tuvo que leer la carta hasta el final. Lo peor fue que, después del gran esfuerzo realizado por el camarero, se la hizo repetir. El jefe de protocolo no pudo resistir más y salió de la sala.

"Eso es propio de una mala persona.
"Yo creo que no es mala intención, es distracción, por llamarlo de alguna manera. No se da cuenta de la incomodidad o de lo inapropiado de ciertas situaciones. La verdad es que se crece ante un auditorio y puede hacer reír o llorar, pero cuando baja del escenario se encierra, se convierte en una persona tosca, huraña, difícil. La consecuencia es una mala fama de grosero y maleducado.

"Lo que usted llama distracción no puede servir de excusa a una persona de la trayectoria y experiencia pública de Pujol.
"Aunque parezca increíble, sí es distraído. Antoni Basses le hizo una entrevista en un programa de TV3 dedicado al centenario del Barça. Se hizo una pausa para cambiar la cinta de una cámara y así se lo dijeron. Entonces dijo: «Ah, yo creía que era una entrevista para Catalunya Ràdio». No se había percatado de la presencia de cámaras y focos, o en ese momento no la relacionó con la televisión. La anécdota fue comentada en TV3 durante semanas, dando lugar a toda clase de chistes.

"¿Acabó harto de Pujol?
"No. Incluso le he tomado cierto cariño. Diez años de convivencia son muchos. No puedo negar que siento cierto respeto por la figura, por el mito. Es irrepetible. Es una figura extraordinaria, aunque tal vez será recordado con menos brillantez de la que él se cree.

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