El Ajuntament de Palma dio a conocer ayer los resultados de un informe médico realizado por el Àrea de Sanitat del Consistorio a lo largo del curso 2000-2001 para averiguar el estado físico de los niños y niñas de 22 colegios públicos de Palma, pertenecientes en su mayoría a familias de un nivel social por debajo de lo que, a niveles estadísticos, se considera como clase media. Los resultados de este estudio no son extrapolables, por tanto, a la población infantil de Ciutat en general, sino sólo a un grupo social específico, de un nivel socioeconómico más bajo.
En total fueron 903 los niños y niñas a los que se sometió a diversas pruebas médicas. Los pequeños atendidos pertenecían a dos grupos de edad, uno de seis años y otro de doce. Un 11 por cien de los niños y niñas incluidos en el informe, realizado por un equipo técnico de médicos y enfermeros, tenía un peso mayor del debido, en concreto, un 6'3 por cien tenía obesidad y un 4'7 por cien tenía sobrepeso.
Fuentes municipales señalaron que el problema del exceso de peso es uno de los que más preocupan a los responsables de elaborar el informe, ya que consideran que dicho problema es ocasionado por el abuso de la bollería industrial por parte de los pequeños y también por el tipo de comidas rápidas que realizan, al trabajar en la actualidad el padre y la madre y no disponer del tiempo suficiente para preparar una dieta mediterránea. «Los hábitos alimenticios de los niños han empeorado en estos últimos años», indicaron dichas fuentes municipales.
Entre los datos del informe cabe destacar que 117 niños eran extranjeros, siendo un 40% de origen sudamericano, así como que 125 provenían de la Península y que el resto eran naturales de Mallorca. Fue en el año 1985 cuando el Consistorio empezó a hacer informes de este tipo, si bien a nivel general, es decir, en todos los colegios públicos de Palma. Desde hace cinco años, Cort viene haciendo además un seguimiento específico de los niños y niñas en edad escolar que, en principio, podrían tener mayores problemas de tipo social o familiar.
Estos trabajos se hacen con independencia de las revisiones médicas obligatorias, que se realizan cada año en todos los colegios de Palma. Los resultados del informe se dan a conocer a los profesores, a las familias afectadas, y a la Conselleria de Salut i Consum del Govern balear. En los casos en que se detecta una anomalía grave, el mismo médico que ha atendido al niño recomienda que sea llevado lo antes posible al pediatra.
Además, en las situaciones más graves hay un seguimiento por parte del Ajuntament de Palma, en concreto por el Àrea de Acció Social, para intentar solucionar los problemas más inmediatos de los niños atendidos. «A veces tienen que intervenir los servicios de esta Àrea para procurar mejorar cuanto antes la situación de las personas afectadas», añadieron las fuentes citadas. El Consistorio también realiza campañas específicas de información a los niños y a los profesores en distintos centros de Ciutat. Dichas fuentes señalaron que el Ajuntament de Palma dispondrá en breve de los datos correspondientes al informe elaborado a lo largo del curso 2001-2002. En principio no se prevé que sus resultados difieran en exceso de los del curso anterior.