Syliane ha podido tener en sus brazos a su nieta Valeria. Testigo del acto, su ex, José Luis de Vilallonga, a quien el sol de Mallorca le está sentando muy bien. ¿Recuerda que comenté esta historia hace unos días? Pues he ahí el documento. Arriba, el encuentro entre los ex. Muy civilizado, por cierto. Como Dios manda. Sin acritud. Y pelillos a la mar. Abajo, ella, la abuela, mira con ternura a la nieta. A su lado, José Luis conversa con su hijo Fabrizzio, que es quien ha tirado del cochecito de la niña hasta el restaurante. Esto que les cuento sucedió el otro día, en Sóller, poco antes de almorzar. «Es la segunda vez que la veo desde que nació "nos contaba ayer Syliane". Espero que pronto me la traigan o que me digan que la vaya a ver de nuevo. ¡Es preciosa! "suspira". Es Cáncer, como yo, y cuando sea mayor será guapa como su madre y como yo. Soy muy feliz, ¡inmensamente feliz!».
Hablamos en la mañana de ayer con ella, momentos después de haber llamado a José Luis, para interesarnos por su salud, pues nos habían dicho que le habían visto en urgencias de una clínica de Palma. «Estáte tranquilo "nos dijo desde el agroturismo de Sóller donde pasa las vacaciones", que me encuentro muy bien. ¿Que me vieron en la clínica? ¡Ah, bueno! Fue porque cada tres meses tengo que ir a que me echen un vistazo al marcapasos que llevo. Nada de importancia. Aquí sigo, trabajando por las mañanas en la cuarta entrega de mis memorias, y por la tarde leyendo y tomando algunas notas».
Retomamos el hilo con Syliane, que nos habla de la exposición de su compañero, Jorge Bascones, que presentará a finales de este mes en un conocido restaurante del Port d'Andratx. Exposición de mujeres desnudas, toros y toreros, marinas, etc., trabajos muy vivos, de fuertes colores, que van a gustar, cuadros que ya he visto varias veces porque de vez en cuando me paso por el taller de Jorge, donde charlamos un rato.
Por cierto, que él lleva muy bien la reconciliación de Syliane con su hijo y José Luis, «quien últimamente habla muy bien de mí, de lo cual me alegro. Por eso le voy a invitar a la exposición. Me gustaría que él, Fabrizzio y la mujer de éste asistieran».