La Feria de Abril 2002 se despidió ayer noche hasta el próximo año. Y lo hizo con la disyuntiva de siempre ¿Debería ser más andaluza de lo que es? ¿A los mallorquines nos gusta esta fiesta, o simplemente acudimos a ella por diversión? Hay opiniones para todos los gustos. Unos prefieren dejarla como está, fiesta andaluza combinada con música disco, mientras que otros abogan por celebrar una auténtica Feria de Abril, lo más parecido a la que se vive en Sevilla.
Los jóvenes Andreu Gelabert de Algaida y Rosa Llull de Palma coincidían en que la principal razón por la cual acudieron fue simplemente «un motivo más para salir de marcha».
«Yo no soporto esto de las sevillanas y música flamenca», confesaba Rosa.
En general, los defensores de una feria más plural criticaron la postura del Ajuntament de cerrar las casetas si no se ponía música que no fuese sevillanas, rumbas, coplas o flamenco.
La inmensa mayoría de los jóvenes que abarrotaban las casetas manifestaron que la Feria de Abril les permite pasar unos días de marcha como si estuvieran en la Lonja o el paseo marítimo, pero con un ambiente diferente al habitual de cada fin de semana. Además, los aparcamientos próximos al recinto ferial y a la esplanada del cementerio municipal de Palma estaban a rebosar de noctámbulos que apuraban sus últimos tragos en el ya célebre «botellón», que está a punto de llegar al fín de sus días.
Por otro lado, estaban los defensores de que la Feria de Abril debería ser auténtica, como la andaluza. Un grupo de amigas del centro cultural de Establiments que acudieron a la Feria afirmaron que «sólo se debería poner rumba y flamenco y a los que no les guste que se vayan al Passeig Marítim porque aquí sobran». Sin duda, el 2002 no se ha librado de la polémica que cada año sacude la feria y habrá que esperar al 2003 para comprobar si todo sigue igual. El Ajuntament tiene la palabra ¿o son los mallorquines?.