Los niños y jóvenes de nuestro entorno están acostumbrados a contemplar la pobreza, el analfabetismo, la enfermedad y la injusticia de lejos, en la televisión, como algo absolutamente ajeno a ellos. Por suerte, así es. Pero nunca está de más promover entre los chicos una visión más comprometida de la realidad de un mundo cada día más global, para lo bueno y para lo malo.
Con esa idea, la de concienciar a los estudiantes y recaudar a la vez fondos solidarios, ayer se celebró en el Colegio San José Obrero una peculiar fiesta culinaria que contó con una colosal paella como protagonista, además de sorteos con premios como un viaje de fin de semana a Madrid, otro a París, una camiseta de Chenoa firmada por la artista y otra del Real Mallorca con la firma de toda la plantilla. La fiesta contó con la participación de cientos de jóvenes, amigos, familiares y profesores y con la colaboración de tres futbolistas del Real Mallorca: Micki, Robles y Àlvaro Novo, que quisieron unirse a la causa benéfica.
La venta de tíckets para la paella resultó todo un éxito, pues se repartieron cientos, cuyo montante irá destinado a tres proyectos solidarios: un centro de acogida de mujeres y niños en Pueblo Nuevo (Perú), en el que trabajan hermanas trinitarias; el Hospital Saint Joseph de Bededja (Chad), del que se hacen cargo misioneros combonianos; y el proyecto de la ONG Ensenyants Solidaris, que trabaja en Guatemala para conseguir la rehabilitación de niños víctimas de las redes del narcotráfico.