Miquel Lladó fue reelegido ayer por unanimidad (62 votos de los 62 miembros del pleno presentes) presidente de la Cámara de Comercio de Mallorca, Eivissa y Formentera, circunstancia nunca había sucedido hasta la fecha en la historia de la entidad cameral. Este hecho fue valorado ayer de forma positiva por todos los grupos, así como por el propio vicepresidente del Govern y conseller d'Economia, Comerç i Indústria, Pere Sampol, que clausuró ayer el pleno cameral que decidía la elección de presidente.
Sampol indicó que como entidad tutelenta (Govern), «estamos muy satisfechos del presidente y del grado de consenso que ha habido en su candidatura. La entidad cameral es un elemento indispensable en un momento clave para la internacionalización de la economía. Y hay que reconocer públicamente la función de Miquel Lladó, que tiene el gran mérito de haber logrado el máximo consenso».
En este sentido, Lladó, que nada más ser reelegido se puso en contacto con los presidentes de CAEB y PIMEM, Josep Oliver y Jaume Xabier Roselló, respectivamente, comentó que se había actuado con «criterio de territorialidad, de ahí la representación en el comité ejecutivo de representantes de Eivissa y Formentera, así como de incluir a los principales sectores, logrando con ello un equilibrio en su composición».
En el comité ejecutivo aprobado también prácticamente por unanimidad, se encuentran Juan Gual como vicepresidente primero; Ferran Porto, vicepresidente segundo; Juan Tur Ripoll (PIME-Eivissa), vicepresidente tercero; Antonio Martínez Zamora, tesorero; Juan Matemalas, Bernardo Bonet (Pimeco), Gregori Bibiloni, Josep Burguera (CAEB) y Juan Manuel Roig (Formentera), como vocales. Lladó agradeció, asimismo, el apoyo recibido y el grado de consenso que se ha alcanzado en una entidad, «en la que colaboran todas las sectoriales e intersectoriales, de ahí que ello garantice una gobernabilidad estable durante los próximos cuatro años». El recién nombrado presidente dará a conocer hoy los principales objetivos de la entidad en este nuevo período, que estará marcado por una coyuntura económica de desaceleración en las Islas y con una evolución turística marcada por la competencia e implantación del impuesto turístico.