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Las residencias de ancianos deberán ampliar su plantilla y modernizarse

El Govern admite que no podrá dar salida a las listas de espera

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La consellera de Benestar Social, Fernanda Caro y la directora del Institut Balear d'Afers Socials (IBAS), Josefina Santiago, admitieron ayer que en esta legislatura no se podrá dar salida, por problemas de financiación, a las listas de espera de personas mayores que quieran acceder a una residencia. En el acto de presentación del nuevo decreto de la Conselleria de Benestar Social que regulará el funcionamiento de los centros y servicios dedicados a los mayores, y que será elevado hoy a la aprobación del Consell de Govern, Santiago recordó que este departamento no dispone de los 5.000 millones de pesetas necesarios para cubrir esa demanda. «Ya lo dijo la consellera al principio de la legislatura», apuntó Santiago, «no podemos resolver en cuatro años los problemas estructurales que sufre Balears en este sentido».

Fernanda Caro añadió que, si bien no se solucionará el problema de las listas de espera, sí que se paliará con la construcción, a partir de 2002 de la concertación de 125 plazas en Mallorca con residencias privadas y la construcción de dos nuevas residencias públicas en Eivissa y Menorca. Caro hizo también especial hincapié en las 700 nuevas plazas que habrá en 2004 en centros de día, que son un recurso para los mayores que están a la espera de tener una habitación libre en los 49 centros residenciales con que cuenta con la comunidad balear.

Por otra parte el decreto regula los centros y servicios dedicados a los ancianos, tanto los centros de día como los centros residenciales, públicos como privados. Las residencias tendrán que ampliar personal y espacio, y rebajar la edad de acceso de sus beneficiarios a 60 años e incluso en algunos casos a 55 años. El decreto sostiene que cada centro deberá disponer de 31 trabajadores por cada 100 residentes, entre auxiliares de clínica o enfermeros, limpiadores, gobernantas, cocineros y personal de atención directa, que se ampliará hasta 60 empleados en el caso de que sean residencias asistidas.

El director de estos espacios deberá tener una titulación universitaria mínima de grado medio en los campos de las ciencias sociales, humanas o de la salud, requisito que los actuales responsables que no lo tengan podrán cumplir si acreditan una experiencia y formación determinadas. Aunque las principales novedades reguladas en éste decreto hacen referencia a las mejoras arquitectónicas y de materiales. Las habitaciones habituales individuales pasan de 9 a 12 metros; las dobles de 12 a 16 metros. También se tendrá que contar con un baño geriátrico completo por cada 25 residentes y un baño adaptado por cada seis residentes. También se pretende garantizar la accesibilidad a toda la residencia con la eliminación de barreras arquitectónicas y contar con despachos para los profesionales de las residencias.

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