Una vez que hemos conseguido que su apoderado nos permita que hablemos con él -«siempre y cuando no le pregunten de novias y esas cosas», Jesulín de Ubrique se sienta frente a nosotros.
"¿Es cierto que en las plazas de Mallorca es donde se reparten más orejas y rabos del mundo?
"Según, eh. Porque cuando ya eres un torero consagrado, el público espera mucho de ti. Por eso no crea que es tan sencillo cortar orejas y rabos así como así.
"¿Cuantas corridas toreaste la vez que más?
"Fue hace unos años. Firmé 190, lo que obligaba a torear por las mañanas y por las noches. Pero como me pegaron una cornada, solo pude torear 161. Son oportunidades que se presentan una vez en la vida que has de aprovechar. Desde luego, yo no volvería a repetir jamás esa experiencia.
"¿Cuántas llevas este año?
"Ciencuenta y siete. Llevo el año desahogado. Aunque creo que se han disparado un poco las pretensiones que tenía al principio: hacer unas 60 corridas, que al paso que voy superaré, pues hay cosas que son tentadoras.
"Tanto trabajo, ¿te permite ver a tu hija?
"Me he reservado unos días para estar con ella. Y cada vez que toreo cerca de casa, me acerco a verla.
"¿Te molesta verte en los papeles por otros asuntos ajenos a la fiesta?
"Yo tengo las cosas muy claras. Creo que he dado motivos suficientes para que me conozcan y me juzguen como torero. Por otra parte, en lo personal no me gusta montar escándalos, y si me los montan otros... pues me traen sin cuidado. A mi no me afectan para nada.
"¿Cuántas veces toreaste solo para mujeres?
"Tres. Aranjuez, Puerto de Santa María y Granada.
"Y en ellas, en vez de flores te arrojaron ropa interior.
"Mira, yo no soy quién para decirle a la gente lo que me tiene que lanzar al ruedo. Y, desde luego, una prenda interior lanzada al ruedo es el antitodo. A mi, que me han tirado hasta cochinillos, y una vez hasta se tiró uno de cabeza, me gusta más una mirada, un clavel.
"¿Que tal llevas lo de la popularidad?
"La llevo bien porque con ella y sin ella siempre he sido el mismo. Incluso cuando me he visto envuelto en otro tipo de circuntancias que no he buscado, he procurado ser yo. Aparte tengo las ideas muy claras y voy a lo mío. En cuanto a los demás, respeto a la gente porque si quieres ser respetado has de respetar tú. Tampoco soy vengativo, rebelde ni rencoroso.
"Hablemos de dinero. ¿Has invertido en Gescartera?
"¿Y eso que es?
"Un pille de dinero que no veas.
"Pues no, ni idea.
"Si tu fueras el príncipe don Felipe, ¿te casarías con Eva Sannum, una chica plebeya?
"Yo en ese aspecto te digo una cosa: el amor es algo imprevisible. Quiero decir que a lo mejor el más importante del mundo conoce un día a una chica sencilla y se enamora de ella. ¿Y por qué no? Mira: yo no soy partidario de que fulanito deba de estar con menganita porque sí, sino porque le gusta. Eso es lo que está bien a mi entender.
"Pero, vamos a ver, ¿te gusta Eva para el Príncipe?
"¡Claro¡ Además, es guapísima, y supongo que tendrá cualidades más que suficientes. Y... pues que nadie nace sabiendo.
"¿Os duele a los toreros el que a la Reina no le guste la fiesta?
"¡Hombre...¡ Nosotros, los toreros podemos presumir de que a la Casa Real le gustan los toros. Yo he tenido la oportunidad de brindarle un par de toros a SM el Rey, a la Infanta doña Elena... Así que no tengo ninguna queja de la Casa Real, todo lo contrario.
"Vale. Pero, ¿te gustaría ver algún día a la Reina en la barrara?
"Claro. Y también al Príncipe.
"¿Qué te gustan más, las mujeres o los toros?
"Son dos cosas por las que me desvivo. Ahora si que me has puesto entre la espada y la pared.