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La veda del ´raor´ acaba mañana y el jueves ya se podrá capturar

La Conselleria afirma que la limitación de capturas fue respaldada por los sectores

J. RODRÍGUEZ
La Conselleria recordó ayer, a través de una nota, que el día 15 de agosto está incluido en la veda del raor y que, por lo tanto, estos ejemplares no se podrán capturar, tanto en la pesca tradicional como deportiva, hasta el jueves, día 16 de este mes. La nota aclaratoria responde, según fuentes de la Conselleria, a la confusión que ha generado los términos de una veda que, regulada a través de una orden del conseller, fue respaldada por el sector en el Consell Pesquer del pasado 26 de mayo.

La pesca de esta especie cuenta con muchos adeptos entre los aficionados a la pesca deportiva de las Islas, hasta tal punto que el Ejecutivo tuvo que imponer una veda de dos meses para evitar la disminución irreversible de la población y la hizo coincidir con la época de cría. Los criterios que justifican una medida de este tipo, según argumentan las mismas fuentes, «son estrictamente de carácter biológico» y se fundamentan en diferentes informes técnicos «que acreditan la eficacia de las medidas de protección».

De hecho, los técnicos de la Direcció General de Pesca ya han podido comprobar la eficacia de la medida, tanto en lo que se refiere a un aumento en la cantidad de ejemplares como por lo que respecta a su tamaño. «Así, y aunque el objetivo prioritario de esta prohibición temporal de pesca era incrementar los bancos, las comprobaciones realizadas indican que la talla media de los raors ha aumentado un centímetro desde la aplicación de la veda». Como quiera que esta especie es de pequeñas dimensiones, unos 12 centímetros, la conselleria argumenta que, en consecuencia, su talla se ha incrementado, por término medio, en torno al 10 por ciento.

Existen otros informes anteriores a la veda que constatan la gran diferencia de tamaño de los ejemplares capturados en «zonas libres» con respecto a los de zonas protegidas. Los datos recogidos, por ejemplo, en el área Cabrera, «donde la explotación es mínima y se produce sólo entre los meses de septiembre y noviembre», revelan que los ejemplares son muy superiores a los capturados en zonas que no eran objeto de limitaciones temporales. «Se ha constatado, además, que la recuperación de las poblaciones de esta especie en la zona protegida se consigue en un término de tiempo relativamente breve, mientras que en la zona libre la talla media sufre un descenso sostenido», aseguran.

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