La fiesta del Día del Libro se ha convertido para este periódico en una celebración de la literatura que se escribe en las islas. Desde hace varios años Ultima Hora convoca a los escritores locales en distintos escenarios para que, juntos, posen en una foto de familia que les inmortaliza para la posteridad. Días antes del evento, los redactores les convocan a una cita a la que, a pesar de la hora, muchas veces intempestiva, todos intentan acudir. Aunque sí son todos los que están, siempre faltan algunas firmas a las que sus obligaciones personales o laborales les impiden acudir. A todos ellos gracias, especialmente por dedicarse al noble oficio de las letras.
La convocatoria de 2001 les ha llevado a la Fundació Pilar i Joan Miró en un día desapacible en el que la primavera nos sorprendió con lluvia, viento y frío. Pero allí estaban ellos, algunos llegados desde la part forana a la que, tras posar para nuestros fotógrafos, tuvieron que regresar con prisas. La foto de los escritores, como denominanos coloquialmente este encuentro en el diario, ha unido este año el arte con la literatura. El escenario elegido fue el Territori Miró donde, el pasado viernes, día en que fueron citados nuestros autores, acudieron numerosos turistas sorprendidos por nuestra presencia.
La sala Estrella, donde cuelgan unos hermosos tapices mironianos de gran formato; el patio de entrada, con la monumental escultura que lo preside; el jardín del estanque, coronado por un gran mural, y el taller Sert, poblado por el personal mundo del artista, lleno de los recuerdos y objetos que él coleccionaba, fueron nuestros escenarios. El espíritu de Miró nos acompañó en todo el recorrido hasta llegar a un descanso obligado, el bar, donde un café caldeó la fría tarde entre conversaciones que, cómo no, giraron en torno a la literatura y los libros, los escritos y los que van creciendo en el cajón a la espera de ser publicados. El encuentro no sólo significa una cita para la historia, sino que es también un pretexto para la charla y el intercambio.