En tiempos de vacas locas llama poderosamente la atención ver un rebaño de vacas paciendo tranquilamente a media mañana. Es lo que nos ocurrió ayer, tras repostar en la gasolinera de es Molinar. En la otra parte de la valla estaban, tan tranquilas, ajenas a lo mucho que se está hablando de ellas en los últimos tiempos. Bueno, concretamente de ellas, no. De las vacas en general a las que, injustamente, hemos satanizado, al menos hasta que alguien venga y diga éstas están locas y éstas no. Que alguna habrá que no lo esté, ¿no?
Las vacas pertenecen a la finca de Son Pi, hasta donde nos acercamos, llegando en el preciso instante en que la guapa vaquera se dispone a arrancar el tractor. Se llama Joaquina Jaume, y hace compatible las labores de madre con las de mujer de campo.