Salvo el representante municipal de PP, Toni Nadal, que expuso la política de Cort respecto a prostitución -lo que se ha hecho y lo que se pretende hacer; que gustó o que no gustó al numeroso auditorio-, la oposición, a través de sus intervenciones, demostró que no tiene ni idea, no sólo del problema de la prostitución en sí sino de la forma que ésta afecta a un núcleo de la ciudadanía palmesana, lo cual levantó el enfado al numeroso auditorio que asistió a la mesa alargada que con tal motivo organizó la AAVV ses Veles. Así que, señores ediles, hay que salir más, porque así se llevarán mejor preparados los deberes. El contribuyente quiere que le quiten el problema de la puerta de su casa, no que le cuenten la historia de la prostitución desde sus orígenes hasta nuestros días, o la reforma de sa Gerreria o las causas que han obligado a mujeres inmigrantes a que se dediquen al jineteo. Tampoco le importa que la prostitución esté o no regulada, como pretende empecinadamente el PSOE, pues si desde que el mundo el mundo nadie, en ningún lugar del planeta, ha conseguido ordenarlas, ¿cómo las van a legalizar ahora? Prueba de lo que digo es que a ese programa de ayuda, a través de trabajo, que se ha presentado a bombo y platillo días atrás, tan sólo cinco prostitutas (no sé si callejeres, de mueblé, españolas o extranjeras) se han interesado por él, lo cual no me extraña, pues a las prostitutas no les gusta que las cataloguen como tales -y más con un contrato de seis meses a razón de 90.000 pesetas al mes-, ni a los dueños de bares en los que alternan las prostitutas quieren que los clasifiquen como bares de prostitutas. Por tanto, si no es posible ni lo uno ni lo otro, ¿a qué viene lo de regularlas? Yo más bien me dedicaría a ordenar la calle, buscándoles un lugar alejado, pero digno, donde trabajaran las que quisieran.
Las jardineras de la discordia
El vecindario está enfadado, y con razón. Resulta que frente a la
fachada de Montesión han colocado enormes jardineras, que si su
estética es discutible, restan espacio para aparcar. Unos dicen que
los jesuitas afirman que han colocado las jardineras ahí porque la
plaza les pertenece, otros dicen que han preguntado en Cort y les
han dicho que la plaza es de todos. ¿Alguien con mando lo
explica?