La prostitución alarma a los vecinos de Pérez
Galdós
La prostitución callejera de Palma suma y sigue. Es decir, aumenta,
lo cual incrementa las molestias del ciudadano. ¿Qué hacer con el
problema? La solución no es sencilla. Las echas de un sitio y se
ubican en otro, aunque por el momento el que más les gusta es las
Avenidas y alrededores. Al menos anteanoche habíalas a montones.
Incluso en las calles lindantes. La presidenta de la Asociación Las
Velas, Jacqueline Renaud, está pero que muy preocupada por este
asunto. Y con ella, los vecinos, gentes que vivían tranquilamente
hasta la invasión. Para colmo, hay que sumar las molestias que
origina el constante trasiego de gente a una casa de citas que hay
en mitad de la calle, y al decir casa nos referimos a la casa
entera, es decir, varios pisos. Cuenta un vecino que dice el
propietario de ésta que tiene los permisos en regla. Otro, que
lamenta mucho lo que sucede en la calle. Pero eso no quita que los
vecinos estén ya hartos de oler a orina, o de resbalar por un
vómito desparramado sobre la acera. «Y todo esto sale de ahí»,
señalan la casa. Pero hay más, ya que casi todas las madrugadas,
sobre todo en las de los fines de semana, los alborotos que se
forman en calle no dejan dormir a quienes intentan hacerlo. «Aquí
vienen hasta autocares que se quedan en medio en lo que la gente
pasa el rato en la casa. Cuando llamamos a la Policía Nacional para
denunciar el asunto, nos dicen que llamemos a la Local, y cuando la
llamamos, no viene».
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