Bajo el título «Realitat, identitat i tradició», el historiador Pau Cateura Bennàsser pronunció el pregón de la Festa de l'Estendard, con la que se conmemora la conquista de Mallorca realizada por el rey Jaume I y sus tropas el 31 de diciembre de 1229. El profesor de Historia Medieval de la Universitat de les Illes Balears (UIB) ensalzó la tradición e identidad de la conquista desde una perspectiva histórica, ante el escaso público que se congregó en la Plaça d'Espanya. Alrededor de medio centenar de independentistas, que habían participado en la manifestación anterior convocada por los nacionalistas, abuchearon a las autoridades durante el pregón.
«Un hecho importante, conmemorado año tras año se convierte en una tradición y una tradición a lo largo del tiempo parece indiscutible. La conquista y la fiesta de la conquista son dos realidades diferentes (el hecho y el rito, el suceso y la conmemoración) y, sin embargo, resultan un material histórico tanto la una como la otra», señaló Cateura. El historiador hizo referencia al conflicto de mentalidades, la de ayer y la de hoy, al mencionar que una conquista como la realizada por Jaume I sería condenada hoy en día por los organismos internacionales y es posible que la Corona de Aragón hubiese sido sometida al aislamiento y el embargo. Pero, «en el siglo XIII las conquistas de territorios musulmanes venían potenciadas por la doble vertiente religiosa y política, y estimuladas por conquistas realizadas por los reinos cristianos vecinos».
En opinión de Cateura, «las celebraciones medievales de la Festa de l'Estendard tenían un carácter segregacionista, marginador de minorías no cristianas, jerárquico y de renovación del vínculo con la monarquía que hoy en día no podríamos asumir como valores restaurables».
El profesor recuerda que, con la conquista de Mallorca, acaba una etapa de Mallorca y comienza otra «llena de posibilidades». «Con los conquistadores llega una nueva religión, una lengua, unas costumbres, un sistema social, basado en la familia y un sistema económico, denominado feudalismo; también llegó la cultura del vino y del cerdo». No obstante, Cateura expuso que «lo que une la identidad lingüística, hizo lo mismo con la evolución política».