En el aire no todos somos iguales
Semanas atrás, un grupo de alumnos del taller ocupacional Isla,
perteneciente a las Hermanas Franciscanas, fueron de viaje a
Malaga. Les acompañaban familiares y monitores, pues son chicos
discapacitados que nunca van solos a ninguna parte. En el viaje de
ida no hubo problemas, pero sí en el de regreso, parte de los
cuales nos contaron en una carta al director que publicó este
periódico, firmada por el denominado Grupo Autodefensor del Centro
Ocupacional Isla, integrado por alumnos del centro, con los que nos
reunimos anteayer. Dicen los del Grupo Autodefensa que nada tiene
en contra de las leyes que rigen la aviación, pero en lo que
respecta a viajes en los que participan discapacitados están muy
trasnochadas y fuera de lugar, en el sentido de que no permiten que
viaje el grupo, sino que este debe dividirse en grupos "en este
viaje concreto, en dos" «con lo cual no podemos ir juntos, como
hacen otros chicos cuando van en viaje de estudios». «¿Por qué
hemos de ser diferentes a los demás?», se preguntan en otro momento
de la entrevista.
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