El Ajuntament de Palma ha decidido elevar de 5.000 a 20.000 pesetas la multa por hablar a través de un teléfono móvil mientras se conduce un vehículo. Esta decisión se sostiene en el hecho de que la Policía Local ha comenzado a detectar, desde hace algunos meses, una relación muy directa entre esta mala costumbre de hablar por teléfono y conducir a la vez y un alto porcentaje de los accidentes de circulación producidos. El concejal de Governació en el Consistorio, José Manuel Sierra, reconoció que «este comportamiento no está regulado de forma específica por la Ordenanza municipal ni por el Reglamento General de Tráfico, por cuanto el uso masivo del móvil es un fenómeno relativamente frecuente y en fuerte ascenso».
Por ello, actualmente la sanción por conducir y hablar por teléfono es de tan sólo 5.000 pesetas, «que es la cuantía que establece el Reglamento por llevar a cabo actividades peligrosas durante la conducción». Sierra reconoce que ésta no es una sanción disuasoria, lo que lo corrobora el hecho de que en los seis primeros meses del año 2.000 la policía ha puesto 270 multas por este motivo, mientras que a lo largo de los doce meses del año pasado se pusieron 263. «Es evidente que el fenómeno va a más y es necesario actuar con rapidez para frenarlo en la medida de lo posible», por eso a partir de ya la multa será de 20.000 pesetas, que se quedarán en 16.000 pesetas por pago inmediato. «Creemos que ésta puede ser una cantidad suficiente para que resulte disuasoria, si es que el conductor no entiende la peligrosidad del acto», apuntó el edil.
El problema se centra principalmente en los conductores más jóvenes, que son los que en mayor medida se han volcado en el uso del teléfono móvil, muy especialmente desde comienzos de este años, cuando se produjo un «boom» en la venta de este producto. Las 270 sanciones impuestas en el primer semestre se repartieron de la siguiente forma: 19 en enero, 49 en febrero, 51 en marzo, otras tantas en abril, 62 en mayo y 38 en junio.