El president del Govern, Francesc Antich, aseguró ayer que el Govern no sólo está legitimado a ejercer el control del agua en toda Mallorca, sino que tiene la «obligación» de crear un organismo de ámbito supramunicipal que se encargue de la gestión de este bien de primera necesidad. El president contestaba así a las reticencias que han expresado tanto por la presidenta de EMAYA, Maria Crespo, como el alcalde de Palma, Joan Fageda, ante la posibilidad de perder la gestión integral del agua en Palma. La presidenta de EMAYA, Maria Crespo, reiteró ayer que el Ajuntament no está dispuesto a perder el control del agua ya que su obligación es garantizar el suministro a los ciudadanos de Palma.
Crespo afirmó que el Ajuntament no tiene la más mínima intención de vender los embalses al Govern, si bien señaló que, si el Ejecutivo persiste en su intención de hacerse con el control del agua en la Isla, debe tener en cuenta el importante esfuerzo inversor que ha realizado el Ajuntament de Palma al respecto. Tan sólo por lo que respecta a los embalses, su valor actual es de unos 15.000 millones de pesetas, según sus estimaciones.
El president del Govern aseguró que no entiende esta oposición del Ajuntament de Palma a que el Govern sea el gestor del agua en alta. El president aseguró sentirse preocupado por esta oposición del Ajuntament palmesano y opinó que esta institución debería ser la primera interesada en que se analice la situación.
«En relación con la gestión del agua "aseguró Antich" hay muchas cosas que son mejorables; de hecho, si se compara el consumo de Palma con el de otros municipios de la Isla, se ve que es muy superior, por o que hay que mirar las posibles pérdidas que se puedan producir». Antich añadió que, en todo este proceso de racionalización del agua, espera contar con la ayuda del Ajuntament de Palma «porque además él será el primer beneficiado».