Tal y como era de esperar, la mayoría de bares y restaurantes de Palma no pusieron ayer la televisión y desconectaron el aparato de radio o hilo musical en protesta por el canon, 1.800 pesetas al mes, que la Sociedad General de Autores les quiere imponer. Esta tasa, según la Asociación Empresarial de Restauración de Mallorca, ya ha sido abonado por las emisoras de radio y televisión.
Y si en la primera jornada de protesta silenciosa los profesionales de este sector mostraron su protesta apagando la mayoría sus receptores, en esta segunda ocasión el silencio, si cabe, ha sido aún mayor. «Estamos hartos de pagar impuestos», nos decían desde el Bar Lírico, donde, a pesar de no exhibir ningún cartel referente a esta jornada silenciosa, los receptores permanecieron mudos. Por su parte, el propietario del Bar es Born, que no sabía nada de esta jornada silenciosa, se sumó a la misma a poco que se lo contamos. «¿Dónde hay que firmar?», preguntó una clienta del Bar Reina. «¿Dónde hay que firmar para decir que esta medida es injusta?». En dicho bar, un cartel negro cubría casi la totalidad de la pantalla del televisor. Tampoco en el Bar Marítimo se puso ayer la tele.