ntament de tomar esta decisión por puro partidismo.
Rosselló aseguró que el Govern no presentará una orden judicial
para exigir la apertura del vertedero. El cierre ha obligado a los
transportistas de escombros a depositar los vertidos de nuevo en
las canteras de Ses Cadenes y Can Ramis, a pesar de que esta
actividad está prohibida en ambas zonas. La consellera aseguró que
es consciente de estos vertidos, pero que el Govern no puede hacer
nada para evitarlos. Rosselló aseguró que la presidenta de EMAYA,
María Crespo, se había mostrado inicialmente dispuesta a mantener
abierto Son Reus unos días más mientras el Govern tramita el
expediente para que los vertidos se depositen temporalmente en Can
Set, en Llucmajor. Por esta razón se mostró sorprendida de que
EMAYA decidiera cerrar el vertedero de manera unilateral. Rosselló
explicó que la semana que viene estará listo el expediente para que
los vertidos puedan realizarse en Can Set.
Por lo que respecta a la petición de EMAYA de ampliar la
actividad de la planta desaladora, aseguró que el Govern no
concederá la autorización.
Por su parte, la presidenta de EMAYA mantuvo ayer su negativa a
abrir el vertedero y aunque reconoció haber ofrecido su reapertura
durante dos o tres días, puntualizó que «ya han pasado los tres
días y no se ha resuelto el problema, por lo que ahora supondría
que se depositasen los escombros de dos semanas, y eso no es
posible por razones de seguridad, porque Son Reus está saturado,
como el propio Govern ha reconocido». Además, Crespo aseguró que un
director general «no está facultado para firmar una resolución»
obligando a reabrir el vertedero y exigió a la Conselleria a que
«resuelva un problema que es de su competencia».