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El lado 'malo' de la barra

Los camareros trabajarán en Nochevieja y los más privilegiados apurarán las uvas con sus familias. Afirman que «cuando la gente está disfrutando es cuando nosotros tenemos más faena».

Mientras muchos disfrutarán con la fiesta, habrá otros tantos que trabajarán por la noche.

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Enrique Gil García es de Granada y lleva cincuenta años en Mallorca. Encargado desde hace veinte de un restaurante, sabe que las Navidades son fechas de mucho trabajo para los hosteleros y acepta el hecho de trabajar en Nochevieja, aunque siempre se acuerda de que su familia está cenando sin él: «Cuando la gente está disfrutando es cuando nosotros, lógicamente, más faena tenemos. Es así y aunque cambiemos de siglo, o de milenio, es lo mismo». Después de la cena se tomarán las doce uvas, y el sistema utilizado para que los clientes puedan comerlas al ritmo adecuado es muy particular.

Enrique enciende la radio y amplifica el sonido de las campanadas a golpe de cacerola: «Por eso es imposible que yo coma las uvas. Hace veinte años que perdí la práctica. Si cualquier año me las dieran, no sabría hacerlo...». La familia ya se ha resignado a su ausencia de las celebraciones navideñas, pero siempre lo esperan para tomar el chocolate y la ensaimada: «El chocolate es sagrado. Después tomamos cava y estamos un buen rato juntos, no demasiado porque el día de Navidad también abrimos».

Otros pueden cenar en casa, incluso tomar las uvas y brindar con cava. Pero son dueños de los locales de copas, y en Nochevieja es obligado abrir. Christine Lest, de origen austríaco, está casada con un mallorquín, y esta Nochevieja va a trabajar en un pub de sa Llonja, propiedad de su marido. Aunque a ella no le gusta el trabajo nocturno, «a veces no queda más remedio que echar una mano, y en Navidad especialmente». Es licenciada en Informática y traductora de alemán e inglés, y nunca se imaginó que su primer día del año 2000 lo iba a pasar poniendo copas.

Esteban Sedano, camarero, tiene asumido desde hace algún tiempo que «las nocheviejas son para trabajar». Este año además, con el cambio de siglo, el hotel estará al completo, aunque cada año es convocado todo el personal porque la Navidad es temporada alta. A pesar de ello, y sin contar con cenar en casa, sí que intentan organizarse para que algunos, en especial los que tienen niños pequeños, puedan salir antes para estar con la familia. La plantilla cenará pronto y hará su fiesta particular antes de empezar el trabajo.

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