El próximo 1 de febrero comenzarán a trabajar los equipos multidisciplinares que realizarán, con la ayuda de los vecinos, la diagnosis de cada barrio o pueblo del término municipal de Palma, determinando qué tipos de infraestructuras hacen falta para que se les pueda considerar autosuficiente en cuanto a servicios públicos. La semana pasada la Comisión de Gobierno aprobó la concesión de las becas anunciadas a siete arquitectos o ingenieros superiores y a cuatro arquitectos o ingenieros técnicos que se dividirán en tres equipos de trabajo, que estarán coordinados por un técnico municipal y dos arquitectos senior.
Las becas están dotadas con 50 millones de pesetas, de los que
40 serán para los becarios y los otros diez pagarán las labores de
coordinación.
Se pondrá manos a la obra por aquellas barriadas que cuentan con
centro cultural, «por la sencilla razón de que en ellas funcionan
los consejos de centro, es decir ya está constituido el cuerpo
social con el que empezar a trabajar», según argumentó el concejal
de Contratación, José María Rodríguez.
De ellas se exceptuará a aquellos barrios que cuentan con un
plan especial propio, caso del caso antiguo, es Jonquet, el Terrero
o la Soledad.
Así, los primeros análisis de necesidades se realizarán en Sant
Jordi, Son Ferriol, Camp Redó, Son Real, Establiments, Santa
Catalina, Coll d'en Rabassa, Vivero, Rafal Vell, Son Oliva y Son
Roca.
Los estudios primarán las carencias de centros culturales, bibliotecas, casals de joves, oficinas municipales o centros de salud, entre otras infraestructuras, «pues una vez que el Pla Mirall ha adecentado las calles, es hora de pasar a este segundo nivel y aunque nosotros conocemos las necesidades queremos implicar a los vecinos», puntualizó el responsable popular. Junto a los proyectos de dotación de servicios, se realizarán otros de impacto ambiental (soterramiento de cables, etc), «que acabarán de embellecer la ciudad».