Esta que ustedes contemplan hoy en nuestra edición de papel como «imagen de ayer» fue una estampa habitual en las calles de nuestra ciudad durante varias décadas del presente siglo. Algunos no olvidan el sonido metálico, acampanado, que emitía el tranvía cuando a cada instante se le hacía funcionar el pedal ni aquel traqueteo con chispas de electricidad que provocaba el vaivén de los estómagos viajeros. Eran otros tiempos. El conductor y el cobrador se paraban y ayudaban a subir a las señoras cargadas de paquetes o a aquellas que arrastraban sus pies por el peso de la edad. Corría el año 1908 cuando ya se hablaba en la prensa local de un «magnífico» proyecto remitido al Ministerio de Fomento en el que participaron el conde de Ayamans y el ingeniero Alfonso de Chopitea. Consistía éste en la implantación de tranvías eléctricos en Palma. No fue hasta 1917 cuando se puso en servicio este nuevo sistema de transporte. Fue ésta una empresa creada por D. José Tous Ferrer, fundador de Ultima Hora, quien convirtió todas sus ideas de auténtico progreso en brillantes realizaciones destinadas a mejorar las condiciones de vida de sus contemporáneos. Las primeras líneas de los tranvías delimitaron, sin pretenderlo, las primeras zonas residenciales de Mallorca. Cuando en 1946 llegó a Palma el primer autobús urbano, comenzó la progresiva supresión de las líneas de tranvías. En 1958, éstos desaparecían definitivamente. l Eugenia Planas
Una estampa habitual en nuestras calles