El economista y director de la Obra Social i Cultural de Sa Nostra, Miquel Alenyà, declaró que se calcula que entre 7.000 y 10.000 personas trabajan en las Islas sin permiso de trabajo ni de residencia. «Son personas que trabajan y viven en situación de marginalidad e ilegalidad, pero que la economía balear los necesita y sin ellos no hubiera podido conseguir una tasa de crecimiento del 7 por ciento», apuntó el economista.
En opinión de Alenyà, «esta progresión de la producció requiere un incremento del volumen de personas que trabajen en condiciones idóneas y no bajo la amenaza de expulsión, sin Seguridad Social, etc».
Miquel Alenyà defendió la Ley de Extranjería que sirva para integrar a las personas que vienen de otros países a trabajar en el nuestro e hizo hincapié en la necesidad de hacer una reflexión para modificar los planteamientos individuales, colectivos y de las administraciones públicas sobre el trato que reciben los inmigrantes en nuestra comunidad. El economista se remitió a los datos del censo, a fecha 31 de diciembre de 1998, según los cuales en Balears había 8.892 inmigrantes legalizados, «cifra que se incrementará al término de 1999 hasta llegar posiblemente a cerca de los 15.000 inmigrantes inscritos».