El nuevo transatlántico de superlujo alemán Europa visitó ayer por vez primera el puerto de Palma. Su estancia fue objeto a la llegada de una ofrenda floral y a la salida fue despedido con fuegos artificiales.
Recién entregado a Hapag Lloyd por los astilleros finlandeses Kvaerner Masa, esta unidad navega a modo de yate gigante para 700 afortunados pasajeros de nacionalidad alemana. Así, Las tarifas para unas vacaciones en el mar de doce días de duración rondan el millón de pesetas.
Frente a los masificados megaliners de última generación, el Europa ofrece un ambiente exclusivo, en el que todos sus pasajeros viajan en 'suites' de alto 'standing'. Con 28.600 toneladas, este navío destaca por su afinada línea con grandes cristaleras.
El puerto de Palma batirá este año todas las marcas anteriores en el tráfico de cruceros turísticos. Así, cuando la temporada ya puede darse por concluida, 25 paquebotes han anunciado su escala en el trancurso de sus itinerarios por el Mediterráneo. Esto supondrá un movimiento de cerca de veinte mil cruceristas en tránsito y un aumento en la actividad del cien por cien respecto a años anteriores.
Este tráfico cobra mayor relieve, si cabe, al haber concluido ya en su régimen operativo la mayoría de cruceros que mantienen su base en Palma y los que realizan rutas de una semana de duración con carácter rotativo.
Los cruceros turísticos ocupan ya todo el año, como la doble visita quincenal que realiza sin interrupción el paquebote de gran lujo R-Two, de 30.200 toneladas, perteneciente a la naviera norteamericana Renaissance Cruises. Así, frente al cada vez más masificado mercado de cruceros turísticos, surgen por doquier alternativas elitistas, cuyo concepto recupera el carácter exclusivo que poseían estas unidades antaño.