Varios dirigentes de UM que ahora han anunciado su marcha del partido habían sido expedientados por la ejecutiva por «mantener reuniones al margen de los cauces habituales», según ha podido saber este periódico. En concreto, Bartomeu Cerdà, Climent Garau y Amelia Lladó fueron expedientados por la ejecutiva de UM en una reunión celebrada hace varias semanas, y estaban a la espera de conocer la sanción. El expediente que se abrió a estos militantes fue a propuesta de una treintena de militantes de UM"Palma. Los tres expedientados, que ahora anuncian su marcha de UM, habían pertenecido a otros partidos.
En relación a este asunto, la dirección de Unió Mallorquina aseguró ayer no estar preocupada por la decisión de varios militantes de esta formación de darse de baja por desavenencias con Maximiliano Morales, presidente de la junta de Palma. «Son cinco afiliados que se dan de baja, que no tenían responsabilidades en el partido, y que no tendrá ninguna consecuencia en el seno interno de UM», declaró ayer Bartomeu Vicens, secretario general de la formación nacionalista.
Vicens atribuye a «una pataleta» la decisión de Mateu Oliver, «número dos» en la lista de Palma, de abandonar UM. «Esta persona no resultó elegido concejal y se ha puesto nervioso», declaró Vicens, quien opina que, en cambio, Bartomeu Cerdà, ex concejal del CDS, ha abandonado UM por «diferencias personales con Maximiliano Morales». Tanto Oliver como Cerdà habían formado parte de otros partidos antes de recalar en UM. Oliver fue militante en el PSOE, formación que abandonó hace algunos años, mientras Cerdà fue concejal del CDS en el Ajuntament de Palma. Cerdà fue expulsado del CDS cuando decidió dar su apoyo a Ramón Aguiló en contra de la postura del partido. Cerdà ha estado vinculado profesionalmente a Maximiliano Morales y a la propia Maria Antònia Munar. Además de Cerdà y Oliver han abandonado UM Jordi Ferriol, Tomeu Rodríguez, Climent Garau y Melchor Mas, entre otros.