Las obras del Centro Cultural de sa Calatrava, una de las principales actuaciones del Plan Urban, han permanecido paralizadas durante varios días tras las protestas de los vecinos de la zona por las grandes molestias que provocaba la entrada y salida de camiones pesados con suministro de materiales y la colocación de andamios.
Desde el Ajuntament de Palma se reconoce que «las condiciones en las que se estaba trabajando eran bastante precarias», por la estrechez de las calles de acceso, y ante ello se optó por paralizar los trabajos hasta la aprobación, en el pasado pleno municipal, de una permuta que permitirá el derribo de un edificio intermedio y el ensanchamiento del acceso a la obra.
En concreto, la idea era acelerar la expropiación y derribo de un edificio, que forma parte de una unidad de ejecución del Patronato Municipal de la Vivienda y cuyo destino ya era la demolición, para resolver el problema de espacio. Pero los planes no salieron como se pensaba, pues la Asociación de Vecinos de sa Calatrava solicitó la retirada de este punto del orden del día del pleno para su discusión.