La festividad de San Cristóbal, patrón de los conductores, se celebró ayer, como cada año, con la bendición de numerosos coches que se acercaron hasta la iglesia de Santa Fe, en el barrio palmesano de Sa Calatrava.
El capellán castrense jubilado, José Francisco Cobo, bendijo durante todo el día a los casi 2.000 vehículos que se acercaron a recibir la bendición. Por lo general, se acercó gente mayor y pocos jóvenes.
Uno de los primeros coches que acudieron hasta las puertas de la iglesia fue el de Sebastián Bennássar, jubilado y fiel a la cita cada año.
Margarita Fullana, con su SEAT Ibiza, también fue una de las primeras en acudir al acto, antes de marcharse con su hijos a la playa. Pedro es conductor de una galera y también quiso que fueran bendecidos su carruaje y su caballo.
Otros que no se perdieron las «beneïdes» fueron los taxistas del colectivo de Fono-Taxi, que además recibieron una placa conmemorativa de la Asociación de Vecinos de Sa Calatrava en agradecimiento de participar cada año.
El capellán José Francisco Cobo es desde hace casi diez años el encargado de bendecir los vehículos, coches antiguos, deportivos, motos e incluso tanques, que se acercan hasta la iglesia de Santa Fe.
Por la mañana tampoco faltaron los juegos infantiles y, ya por la tarde, el párroco de Santa Eulalia, mosén Joan, celebró una ceremonia mientras en el exterior prosiguieron, hasta las ocho, las bendiciones.