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Villasur: «Hacednos caso: no paséis drogas»

J. Villasur, preso mallorquín en una cárcel madrileña por traficar con droga, relata —junto a otros dos presos— sus experiencias desde la celda de Soto del Parral

P. PRIETO Y B. LLABRÉS ENVIADOS ESPECIALES A SOTO DEL PARRAL
Es la historia de tres viajes que terminaron muy mal para sus viajeros: un mallorquín de nacimiento, Francisco J. Villasur; un murciano, Valentín Guinea, y un palentino, Víctor Pérez, hoy en establecimiento peninteciario Madrid V, de Soto del Real, tras haber pasado muchos meses en tres agujeros de otros tantos penales: las cárceles de El Dorado, Cartagena de Indias y Medellín, respectivamente.

Villasur, a quien conocí en El Dorado hace poco más de tres meses, prometió que si lo traían a España, contaría su caso «para que sirva de ejemplo a los jóvenes y para que no cometan la torpeza que yo cometí». Poco más o menos le comentaron al senador Jaén Palacios los otros dos.

Pues ya en España los tres, nos reunimos la otra tarde con ellos en un locutorio de la cárcel más moderna "hasta que inauguren la nueva prisión de Palma" de este país.

«Lo más doloroso de todo esto es que cuando te detienen y te encierran, te dan un teléfono para que hables con tu familia y se lo cuentes. 'Mamá, lo siento, pero estoy preso en Guayaquil. No sé cuándo podré salir' "recuerda que le dijo Víctor a su madre en esa circunstancia". Supongo que se le cayó el mundo encima».

«También es doloroso que tengas dos hijos como yo, y que a la mayor, a la que dejé con dos años, no te la puedas imaginar cómo puede estar ahora; y la pequeña, que quedó con meses, seguro que cuando te vea le tendrán que decir que eres su padre. Piensas en esas cosas y te vuelves loco. Y más cuando piensas en lo que pueden pensar ellos de ti. Y todo, por una tontería de la que, seguro, nos vamos a arrepentir toda la vida».

«Por eso "apostilla Villasur", no caigan como nosotros. No vale la pena. Aparte de que haces un mal a la sociedad al introducir droga, lo pagas muy caro. Digan siempre que no, aunque el que lo pida sea un ser querido».

Valentín, cuando salga de prisión, piensa que puede tener problemas.
«Como el que me convenció para que hiciera el viaje me engañó, metiéndome más kilos de los que yo pensaba, por lo que la condena ha sido mayor, yo le denuncié y él está ahora en la cárcel».

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