El conseller de Treball i Formació, Guillem Camps, defendió ayer ante el juez su actuación en el denominado «caso Iscomar» en el transcurso de la declaración que prestó como testigo en su despacho. Camps aseguró que se había limitado a seguir los conductos reglamentarios y que nadie le «presionó» para autorizar el expediente de suspensión de los contratos de trabajo en la naviera Iscomar. Recordó, en ese contexto, que la decisión del director general de Trabajo (Fernando Villalobos), a quién va dirigida la querella del Sindicato de Trabajadores de la Marina Mercante, se basó en un informe previo de la Inspección de Trabajo.
En un comunicado remitido ayer, el conseller Camps lamenta «la instrumentalización que un determinado partido político está haciendo de un acto sin más significación que la estrictamente administrativa, y en la cual se siguió exactamente el procedimiento fijado por la legislación».
Camps no quiso realizar declaraciones e impidió el paso a los informadores colocando a guardias jurados en la puerta de acceso a la Conselleria de Treball mientras comparecía ante el juez. Esquerra Unida y los trabajadores de Iscomar despedidos acusan a Camps de «amiguismo» al autorizar el expediente de rescisión de contratos.