Vecinos y comerciantes de la calle Magalhaes celebraron ayer una protesta original, consistente en invitar a desayunar a los trabajadores de las obras que rechazan. Lo bautizaron «desayuno de convivencia» y tuvo lugar en la propia calle, junto a las máquinas y las zanjas.
Saben que sus posibilidades de que las obras se paren son mínimas, pero con esta acción quieren dejar clara su oposición a un proyecto que plantea el ensanchamiento de las aceras de esta calle, que pasarán de un ancho de metro y medio a otro de tres metros y medio.
Los comerciantes de esta zona son los que se sienten más perjudicados por este cambio, pues como consecuencia de esta ampliación la calle pasará de tener doble dirección a ser de dirección única, manteniendo el sentido que va desde la calle Andrea Doria hacia Marqués de la Cenia.
Además, se reducirá inevitablemente el espacio para el aparcamiento, pues sólo se permitirá estacionar en cordón a un lado de la calle. Si a eso se le suma que los nuevos árboles están siendo plantados fuera de la acera, en la calzada, el resultado es que el espacio para aparcar será aún menor.
Dicen que todo ello unido va a suponer un gran perjuicio para los comerciantes de la calle y alrededores, por lo que quisieran que se dejara todo como estaba.