Los actos conmemorativos del cincuentenario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, celebrados ayer en Palma, contaron con escaso respaldo popular, por lo que no fueron más que actos en los que las instituciones expresaron sus buenos propósitos en la defensa de los derechos del hombre en el presente y futuro, pero en los que se echó a faltar el compromiso individual de los ciudadanos.
Unicamente, los representantes de algunos colectivos aprovecharon ayer, 10 de diciembre, la conmemoración del cincuenta aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos para salir a la calle y reivindicar el cumplimiento de los treinta artículos que componen este texto.
La Agrupació Gai i Lesbiana de les Illes - Ben Amics fue la más madrugadora en la convocatoria de un acto reivindicativo, que sólo obtuvo el respaldo de representantes de las Juventudes del PSM y PSOE y del portavoz de EU en el Parlament balear, Eberhard Grosske.
El acto reivindicativo de Ben Amics consistió en el despliegue en la Plaça Major una bandera con los colores del arco iris, símbolo del movimiento gay, y la lectura de un manifiesto en el grupo hizo hincapié en que «sólo la educación puede acabar con los prejuicios y la discriminación que sufrimos los gays, lesbianas y transexuales».