Los mercados petroleros mundiales experimentan un retroceso significativo tras alcanzar sus mejores cotizaciones en quince días. El temor a las políticas comerciales restrictivas del presidente estadounidense Donald Trump ha generado un clima de incertidumbre que afecta directamente a las previsiones de demanda energética global, con posibles repercusiones para España y otros países importadores.
El petróleo Brent, referencia en Europa, cedía este miércoles 7 céntimos, situándose en 70,08 dólares por barril, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) estadounidense descendía 8 céntimos hasta los 68,25 dólares. Las tensiones comerciales están presionando a la baja en un momento especialmente complejo para el sector, justo cuando la Administración de Información Energética (EIA) estadounidense ha revisado a la baja sus previsiones de producción para 2025.
El anuncio del presidente Trump de retrasar hasta el 1 de agosto de 2025 la implementación de nuevos aranceles ha proporcionado un breve respiro a mercados clave como Japón, Corea del Sur y la Unión Europea. Sin embargo, la advertencia de que no habrá más prórrogas mantiene en vilo a productores y consumidores por igual. El mandatario estadounidense ha sido contundente al declarar que impondrá un gravamen del 50 % sobre el cobre importado, además de anunciar próximos aranceles sobre semiconductores y productos farmacéuticos.
Impacto de los aranceles en el mercado energético
«Los inversores están constantemente pendientes de los 'titulares sobre los aranceles' y las posibles consecuencias de su impacto negativo en el comercio mundial», explicó Priyanka Sachdeva, analista de mercados de Phillip Nova. Para España, cuya economía depende en gran medida de las importaciones de crudo, estas fluctuaciones suponen un elemento adicional de inestabilidad en un escenario ya complejo por la transición energética y las tensiones geopolíticas en Oriente Medio.
Los datos del Instituto Americano del Petróleo (API) han mostrado un panorama bajista para el crudo, con un incremento estimado de reservas de 7,1 millones de barriles en Estados Unidos, aunque las existencias de productos refinados registraron descensos. Los analistas de ING han señalado que «los cambios en los productos refinados fueron más constructivos», indicando una posible mejora en la demanda de combustibles. La publicación de los datos oficiales de la EIA programada para hoy será determinante para establecer la tendencia a corto plazo del mercado.
El fin de semana festivo del 4 de julio en Estados Unidos mostró una fuerte demanda de combustible para desplazamientos, pero no ha sido suficiente para compensar las preocupaciones sobre el impacto de las políticas comerciales proteccionistas. En España, donde el precio de los carburantes tiene un impacto directo en la inflación, estas oscilaciones afectan tanto a consumidores como a sectores estratégicos como el transporte y la logística.
A la baja
Un elemento crucial para entender la evolución futura del mercado es el informe publicado por la EIA el pasado martes, que ha revisado a la baja sus previsiones de producción petrolera estadounidense para 2025. Según el documento, Estados Unidos producirá 13,37 millones de barriles diarios frente a los 13,42 millones estimados previamente. Este ajuste, aunque aparentemente modesto, representa un cambio significativo en las expectativas para el mayor productor mundial de petróleo.
La ralentización de la actividad productiva estadounidense responde principalmente a la caída de precios experimentada durante 2024, que ha llevado a muchas compañías a reducir sus inversiones en nuevos proyectos. Para el mercado español, esto podría significar una menor presión competitiva del crudo estadounidense frente a otras fuentes tradicionales de suministro como las procedentes del Norte de África o el Golfo Pérsico.
Los analistas del sector apuntan que esta situación podría generar un reequilibrio gradual del mercado global si la demanda se mantiene estable. Sin embargo, las incertidumbres relacionadas con el crecimiento económico mundial, especialmente en China, el mayor importador de petróleo, mantienen las previsiones bajo un manto de cautela.
Y en clave nacional
En España, las políticas de transición energética hacia fuentes renovables podrían mitigar parcialmente el impacto de estas fluctuaciones a medio plazo. En todo caso la volatilidad en los mercados energéticos probablemente se mantendrá durante los próximos meses, especialmente tras la implementación definitiva de los aranceles estadounidenses el 1 de agosto. Los expertos coinciden en que el impacto podría extenderse más allá del sector petrolero, afectando a cadenas de suministro globales y presionando al alza los costes logísticos.
Frente a ello, la estrategia nacional contempla aumentar las reservas estratégicas y diversificar proveedores para minimizar riesgos. De hecho las empresas del sector energético español, como Repsol o Cepsa, están ajustando ya sus estrategias para adaptarse a este entorno cambiante, con un enfoque en mejorar la eficiencia y reducir la exposición a la volatilidad de precios. Los consumidores españoles, por su parte, podrían enfrentarse a oscilaciones en los precios de los carburantes durante el segundo semestre de 2025, aunque los analistas consideran poco probable un escenario de incrementos sostenidos y significativos si la tendencia actual se mantiene.