El presidente ruso, Vladímir Putin, ha cuestionado en las últimas horas la posibilidad de reunirse con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, y acordar un alto el fuego tras los recientes ataques del Ejército de Ucrania contra varios aeródromos en suelo ruso, incluido uno en Siberia, así como el derrumbe de dos puentes en regiones fronterizas. La llamada 'operación telaraña', en la que el ejército ucraniano logró significativos daños en la fuerza aérea estratégica rusa, ha encendido todas las alarmas en Moscú, que se reserva el derecho de responder a esa agresión de la forma que considere más apropiada.
En una primera respuesta a estos ataques, Rusia lanzó anoche contra territorio ucraniano 103 drones y un misil balístico Iskander-M/KN23, en un nuevo ataque nocturno que tuvo como principales objetivos las regiones ucranianas de Cherníguiv (norte), Járkov (noreste) y Odesa (sur), según informó la Fuerza Aérea ucraniana. Del total de drones, 74 aparatos no tripulados de ataque Shahed fueron neutralizados por las defensas ucranianas sobre varias regiones del este, el sur y el norte de Ucrania.
La Fuerza Aérea ucraniana ha informado de impactos en 16 localizaciones distintas, sin especificar las infraestructuras que hayan podido ser alcanzadas por los drones y el misil ruso, que no pudo ser interceptado. Cinco personas murieron en la región de Cherníguiv como consecuencia de la caída de drones en una zona residencial, según informaron las autoridades regionales.
Rusia y Ucrania siguen intercambiando prácticamente cada noche ataques masivos con drones contra sus respectivas retaguardias. Kiev pide una tregua inmediata e incondicional de al menos un mes que Rusia por el momento rechaza, escudándose en los últimos actos de sabotaje en su propio territorio, incluido el ataque al puente de Kerch en Crimea.
Análisis
El ataque de anoche por parte de Rusia es una clara demostración de fuerza y una respuesta directa e inmediata a la 'operación telaraña' llevada a cabo por Ucrania en territorio ruso. El uso de más de 100 drones y un misil balístico indica la determinación de Moscú de infligir daño significativo a la infraestructura y moral ucranianas.
Por otro lado, el hecho de que 74 de los 103 drones fueran interceptados por las defensas ucranianas sugiere que, a pesar de la intensidad del ataque ruso, Ucrania ha logrado fortalecer sus capacidades defensivas. Sin embargo, la muerte de 5 civiles en Cherníguiv constituye un doloroso recordatorio del alto coste humano que conlleva este conflicto.
La negativa de Putin a reunirse con Zelenski y acordar un alto el fuego refleja la profunda desconfianza y animosidad entre ambas partes. Rusia acusa a Ucrania de utilizar tácticas terroristas y de buscar una tregua solo para rearmarse y preparar nuevos ataques, mientras que Ucrania ve en la agresión rusa una amenaza existencial a su soberanía e integridad territorial, y un obstáculo a sus evidentes intentos de acercamiento al bloque de la Unión Europea (UE).
Putin tiene esta guerra perdida y aún no se ha dado cuenta