La ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, instó este martes a Turquía a abstenerse de lanzar una incursión a gran escala contra la región autónoma kurda en Siria, la cual podría ser inminente, según han advertido diversas fuentes en los últimos días. «Kobani es símbolo de la valerosa lucha de los kurdos y las kurdas contra el EI (Estado Islámico)», afirmó Baerbock en sus redes sociales, aludiendo a la ciudad kurda que supuestamente Turquía se apresta a atacar y que fue escenario de una encarnizada lucha contra el grupo yihadista en 2014.
«Lo que menos necesitan las personas tras 14 años de guerra es más derramamiento de sangre. También Turquía tiene la responsabilidad de mantener intacta la integridad territorial de Siria y la esperanza de paz», subrayó la ministra, en un momento en el que el nuevo Gobierno interino sirio se está esforzando por estabilizar el país tras el súbito colapso del régimen de Bachar al Asad.
La semana pasada, el Ministerio de Exteriores alemán ya había instado indirectamente a Turquía y a Israel a evitar las injerencias en el proceso de transición en Siria, ante los bombardeos que ambos países están ejecutando con el argumento de estar defendiendo su propia seguridad. The Wall Street Journal citó este martes a altos funcionarios estadounidenses según los cuales las fuerzas turcas incluyen a milicianos y comandos uniformados turcos y gran número de artillería que se están concentrando cerca de Kobani.
La administración civil de los kurdosirios, que en el curso de la guerra civil en Siria lograron establecer una región semiautónoma en el noreste del país, ha advertido en los últimos días de que es posible que Turquía se apreste a atacarles de nuevo, tras haber invadido y ocupado ya varias partes de su territorio. Las Fuerzas Democráticas Sirias, las milicias de la región autónoma kurda, están aliadas con Estados Unidos en la lucha contra los restos del EI en Siria y el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, viajó a Turquía la semana pasada para buscar garantías de que Ankara reduciría las operaciones contra los combatientes kurdos.
No obstante, las conversaciones de alto el fuego mediadas por Estados Unidos entre los kurdosirios y los rebeldes islamistas respaldados por Turquía en Kobani fracasaron el lunes sin un acuerdo. Turquía argumenta que tanto el partido que gobierna la entidad autónoma kurda en Siria como las milicias de esa región están vinculados al proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y son por lo tanto terroristas que no pueden formar parte del proceso de transición tras la caída del régimen.