Dos ministros del Gobierno de Alemania han criticado este miércoles con dureza al futbolista turco Merih Demiral por celebrar uno de sus goles frente a la selección de Austria durante el partido de octavos de final de la Eurocopa haciendo un símbolo asociado a la organización Lobos Grises, una formación paramilitar de extrema derecha fundada en los años sesenta, un gesto que ha llevado además a la UEFA a abrir una investigación.
«Los símbolos de la extrema derecha turca no tienen cabida en nuestros estadios», ha dicho la ministra del Interior alemán, Nancy Faeser, en un mensaje en su cuenta en la red social X. «Utilizar la Eurocopa como una plataforma para el racismo es completamente inaceptable», ha señalado, antes de expresar su deseo de que la UEFA «considere sanciones» contra el futbolista. «Nuestras autoridades de seguridad vigilan de cerca a los turcos de extrema derecha en Alemania», ha recalcado, al tiempo que ha incidido en que los Lobos Grises «están bajo vigilancia de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución».
A las críticas se ha sumado el ministro de Agricultura de Alemania, Cem Ozdemir, quien ha afirmado que la postura de Demiral, quien marcó los dos goles de Turquía en su victoria por 2-1 frente a Austria, traslada «un mensaje de extrema derecha» que «representa el terror y el fascismo». «Hablar de esto es agotador. La UEFA debe hacer que haya consecuencias. También se debe mantener la tolerancia fuera del estadio», ha señalado Ozdemir, quien ha abundado además en que «cualquiera que pida un cortafuegos» contra el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) «debe también construir uno contra el fascismo turco».
En esta línea, Ozdemir se ha preguntado «por qué no se ha prohibido la exhibición del símbolo de los Lobos Grises» en el país y ha aplaudido que Austria sí haya dado este paso. «Este gesto de extrema derecha simboliza el antisemitismo repugnante», ha subrayado, tal y como ha recogido la agencia alemana de noticias DPA. Demiral, de 26 años, justificó su gesto tras el partido. «La forma en que lo celebré tiene algo que ver con mi identidad turca», afirmó, antes de hacer hincapié en que su objetivo era expresar el orgullo que sentía por ser ciudadano turco.
De hecho, posteriormente publicó una fotografía suya haciendo el gesto durante la celebración en su cuenta en X junto al mensaje «cómo de feliz es aquel que dice que es turco». Dicha frase, acuñada por el fundador de la Turquía moderna, Mustafá Kemal Ataturk, tiene connotaciones negativas para las minorías en el país euroasiático, entre ellos kurdos y armenios. Los Lobos Grises --ilegalizados en Francia y cuyo nombre oficial en turco es 'ulkuculer', que significa 'idealistas'-- son conocidos por su responsabilidad en numerosos ataques contra miembros de estas minorías.
Esta formación, de corte nacionalista, racista y neofascista y que en los setenta estuvo implicada en ataques de guerrilla contra izquierdistas y activistas en Turquía, mantiene lazos con el partido ultranacionalista Partido del Movimiento Nacionalista (MHP), liderado por Devlet Bahçeli y actualmente el principal aliado del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Los Lobos Grises habrían sido responsables del asesinato de más de un centenar de alevíes en diciembre de 1978 en la ciudad de Maras y habrían estado implicados en varios conflictos en el extranjero, donde participaron como mercenarios, incluida la Primera Guerra de Nagorno Karabaj --llegando a respaldar un intento de golpe de Estado en Azerbaiyán en 1995-- y en las guerras en Chechenia. Además, uno de sus integrantes más conocidos es Mehmet Alí Agca, quien fue el responsable de un intento de asesinato del Papa Juan Pablo II en 1981.