La energética italiana ENI anunció hoy que los flujos de gas suministrados por Gazprom a través de Austria se han reanudado hoy, gracias a la resolución por parte de la sociedad y las partes implicadas «de las limitaciones derivadas de la nueva normativa introducida por las autoridades reguladoras austriacas». Tras la interrupción del flujo de gas ruso a Italia detectada el pasado sábado, el consejero delegado de la energética italiana Eni, Claudio Descalzi, explicó que no se debió «a motivos geopolíticos», sino al hecho de que Gazprom «debería haber pagado una garantía monetaria que antes no existía para el paso del gas al transportador austríaco que lo introduce en Italia».
Eni, controlada por el Estado, confirmó el sábado que el volumen de gas ruso recibido era «nulo» después de que el coloso Gazprom anunciara su «imposibilidad» de transportar esa materia a través de Austria. Descalzi subrayó que «se ha hecho difícil pensar que una compañía que quiere pagar en rublos pueda dar garantías en euros» y no descartó que sea la propia Eni la que abone la cantidad reclamada, que rondaría los 20 millones de euros, según medios locales. Italia recibe el gas ruso de Siberia a través del gasoducto que atraviesa Ucrania y que es conectado con el «Trans Austria Gas», controlado por la empresa Snam, que lo introduce en el país por la localidad alpina de Tarvisio (norte).
Hasta la invasión rusa de Ucrania, el pasado 24 de febrero, Italia dependía enormemente de las importaciones energéticas, hasta el punto de que compraba el 90 % del gas que consumía y un 40 % procedía de territorio ruso (actualmente representa menos del 10 %). No obstante, desde el inicio de la guerra, el Gobierno de Mario Draghi inició un plan de diversificación que ha hecho que Argelia, país norteafricano al que está unido con otro gasoducto, haya sustituido a Rusia como primer suministrador de gas.