El presidente francés Emmanuel Macron y su Gobierno están analizando el «decepcionante» resultado obtenido en las legislativas de este domingo, en las que perdieron la mayoría absoluta y, ante el riesgo que ven de bloqueo del país van a tratar de «convencer a los moderados» en la oposición para sacar adelante sus iniciativas. Este es el mensaje de la portavoz del Ejecutivo, Olivia Grégoire, que en una entrevista a la emisora France Inter este lunes reconoció que concretar el programa con el que fue reelegido Macron en abril «va a ser complicado». «Mi preocupación es que el país esté bloqueado», subrayó Grégoire, que anticipó que en las próximas horas tanto el presidente de la República como su primera ministra, Elisabeth Borne, van a dedicarse a la búsqueda de socios parlamentarios.
«Tendremos que abrirnos a todos los que quieran hacer avanzar el país», explicó cuando se le preguntó si las negociaciones se harían con la oposición de derecha, y después de insistir en que el objetivo será «convencer a los moderados, que también los hay en este Parlamento, aunque pocos». La portavoz afirmó que la posibilidad de que Macron disuelva la Asamblea Nacional que se acaba de elegir no se ha planteado por el momento y que lo que cabe esperar es una remodelación del Gobierno «en los próximos días», que tendrá que tener en cuenta que tres de sus miembros no han sido elegidos en estas elecciones. De acuerdo con una regla no escrita, pero que se aplica desde hace muchos años, cuando un ministro es derrotado en unas elecciones, tiene que dejar el gabinete.
Es lo que ocurrió con la ministra de la Transición Ecológica, Amélie de Montchalin; la de Sanidad, Brigitte Bourgignon, y con la secretaria de Estado del Mar, Justine Benin. Grégoire consideró que con los resultados del domingo el grupo macronista va a tener «una primera posición decepcionante» en la nueva Asamblea Nacional, con 245 diputados de un total de 577, cuando en la anterior legislatura contaba con 350. Dijo que en esta campaña se ha percibido cansancio de los electores, por la sucesión de convocatorias muy seguidas (dos vueltas para las presidenciales en abril y otras dos para las legislativas en junio) y eso se había traducido en la fuerte abstención de ayer, el 53,77 %, la segunda más elevada en la historia de unas legislativas.
Una de las enseñanzas de esa baja participación, a su parecer es que «la reforma institucional se ha convertido en absolutamente indispensable». El sistema electoral de las legislativas, con dos vueltas por el procedimiento mayoritario que se organizan inmediatamente tras las presidenciales, ha sido muy criticado por algunos grupos de oposición, que le reprochan mutilar la representatividad y reclaman la instauración de una elección proporcional.