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Afganistán: la vuelta de los talibán

Los talibanes asedian Kabul

Militantes talibanes patrullan después de tomar el control de Jalalabad, en la provincia de Nangarhar, Afganistán. | Reuters - STRINGER

| Madrid |

Los talibán están a punto de recuperar el poder en Afganistán tras 20 años de conflicto, después una ofensiva fulgurante que les ha llevado a reconquistar la práctica totalidad de las capitales de provincia del país solo diez días después del comienzo de la retirada definitiva de las fuerzas internacionales, hasta culminar, este domingo, en el comienzo de las negociaciones para una rendición pacífica de la capital del país, Kabul.

Los acontecimientos se han precipitado en las últimas horas, desde que los talibán han asumido por completo el control del norte del país con la toma de la ciudad de Jalalabad y cerrado su cerco a la capital, coincidiendo con el inicio de la evacuación de la Embajada de Estados Unidos en Kabul, una operación en la que participan 5.000 militares norteamericanos.

Tras anunciar en un comunicado que todo el país se encontraba ya bajo su control, la cúpula talibán ha apostado a sus combatientes en el extremo oeste de la ciudad y procedido a emprender negociaciones con el Gobierno afgano para garantizar la rendición incruenta de la ciudad.

La situación se encuentra en un momento de espera. Si bien varios medios han apuntado a la dimisión en cuestión de horas del presidente del país, Ashraf Ghani, el mandatario ha declarado en privado que solo renunciará al cargo si existe un plan de sucesión a través de un gobierno interino. A tal efecto, varios de sus asesores podrían viajar a la capital de Qatar, Doha, en las próximas horas, para concretar este aspecto con la delegación talibán, que tiene ahí su oficina política

Múltiples fuentes de medios regionales han apuntado que el exministro del Interior Alí Ahmad Jalali, de 81 años de edad, tiene todas las papeletas para dirigir este nuevo ejecutivo. El académico emerge como un candidato de consenso como antiguo comandante durante la invasión soviética de los años 80 en Afganistán, y tendría el beneplácito de Estados Unidos merced a su educación en este país frente al vilipendiado Ghani, a quien los talibán acusan de ser un títere de Estados Unidos.

Las partes, sea como fuere, no esperan una solución inmediata. el portavoz internacional de los talibán, Suhail Shahein, cree que la transición será «cuestión de días», según ha declarado a la BBC, antes de asegurar a la población de Kabul que «sus propiedades y sus vidas están a salvo».

La tensión en la capital está por las nubes: a los atascos de tráfico provocados por el éxodo de buena parte de la población, se suma la posibilidad de enfrentamientos esporádicos a pesar de que los talibán han garantizado que no entrarán de lleno en la ciudad hasta que culminen las negociaciones.

En este sentido, el Ministerio del Interior afgano ha indicado que, a pesar de la declaración talibán, se han desplegado unidades especiales de la Policía en varios distritos de la ciudad de Kabul para protegerse de los «oportunistas», con permiso para abrir fuego.

CONQUISTA

Los insurgentes talibán anunciaron este domingo que todo el país se encuentra ya bajo su control y se encuentran apostados en los distritos de Kampany y Barchi, aproximadamente en el extremo oeste de la ciudad, en medio de la aparición de banderas talibán en uno de los distritos metropolitanos ubicados cerca de la universidad de Kabul, de acuerdo con las fuentes de la agencia oficial de noticias rusa Sputnik.

«Todas las partes del país han quedado bajo el control del Emirato Islámico», de acuerdo con un comunicado publicado por su portavoz habitual, Zabihulá Muyahid, en su cuenta de Twitter, usando la denominación empleada por el grupo.

No obstante, y frente a una posible entrada por la fuerza en la capital, los responsables de la organización «ordenan a todas sus fuerzas que se coloquen a las puertas de Kabul y que no intenten entrar en la ciudad» para evitar un derramamiento de sangre a la espera del inicio de un proceso de negociación para tomar la ciudad de manera incruenta.

«Dado que la capital, Kabul, es una ciudad grande y densamente poblada, los muyahidines del Emirato Islámico no tienen la intención de entrar en la ciudad por la fuerza, sino de entrar pacíficamente en Kabul. Se están celebrando negociaciones para garantizar que el proceso de transición se complete de forma segura», explica la nota.

Horas antes, fuentes oficiales estadounidenses bajo condición de anonimato informaron al 'New York Times' de que el enviado especial de Estados Unidos para Afganistán, Zalmay Khalilzad, había pedido a los talibán que no entren en la capital hasta que Estados Unidos concluya las evacuaciones. Khalilzad, según las fuentes del medio, esperaba convencer a los líderes talibán de que la Embajada debe permanecer abierta y segura si el grupo espera recibir ayuda financiera estadounidense y otra asistencia como parte de un futuro Gobierno afgano.

Para rematar su victoria, los talibán también han conquistado este domingo la base aérea de Bagram, en su día el gran centro de coordinación militar de Estados Unidos en Afganistán, y han aprovechado para liberar a miles de presos de la cárcel local. Según fuentes locales de Sputnik, todos los presos han sido liberados. Se estima que había 5.000 reclusos en la cárcel de la zona, entre ellos talibán y elementos yihadistas de Estado islámico.

Las tropas de Estados Unidos terminaron a principios de julio su retirada de la base aérea de Bagram, la mayor en Afganistán, situada unos 70 kilómetros al norte de la capital afgana, Kabul.

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