El presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, ha fallecido tras sufrir un infarto, según ha anunciado este martes el Gobierno del país africano en un comunicado.
El mandatario, de 55 años, falleció de un infarto el lunes en un hospital de la ciudad de Karusi, en el este del país. Nkurunziza debía pasar el testigo el próximo mes de agosto a su delfín, el general Evariste Ndayishimiye, ganador de las recientes elecciones presidenciales, tras ocupar el puesto desde 2005.
«El Gobierno de Burundi anuncia con gran tristeza (...) el repentino fallecimiento de Pierre Nkurunziza, presidente de Burundi, ocurrido en el hospital de Cincuentenario de Karuzi tras un paro cardíaco», ha indicado el Ejecutivo, precisando que el mandatario se sintió mal la noche del sábado al domingo por lo que fue trasladado inmediatamente al hospital.
Según la versión de los hechos ofrecida por el Gobierno, el domingo «su estado de salud mejoró y habló con las personas que estaban a su lado». «Sorprendentemente, antes del mediodía del lunes 8 de junio su estado de salud cambió bruscamente con un paro cardíaco», ha añadido.
A pesar de la «reanimación inmediata» y que se le puso bajo «asistencia cardiorespiratoria», «el equipo médico no pudo recuperar al paciente». Los diarios belgas 'Le Soir' y 'La Libre' habían adelantado este martes que el presidente estaba hospitalizado en Kasuri y que su estado era grave, especulando con que pudiera tener COVID-19 igual que su mujer, ingresada desde finales de mayo en un hospital en Nairobi, según informó la prensa keniana.
Así las cosas, el Gobierno burundés ha trasladado sus «condolencias» tanto a la familia como a los ciudadanos, a los que ha llamado a «mantener la calma y la serenidad y acompañar» a Nkurunziza «con muchas oraciones». Además, ha anunciado un luto nacional de siete días a partir de este martes durante el que las banderas ondearán a media asta.