«No serán misiles, serán microbios», fue la advertencia que Bill Gates lanzó en 2015 sobre la que sería la gran amenaza para la Humanidad. El cofundador de Microsoft advirtió hace cinco años un mensaje premonitorio en una charla de Tecnología, Entretenimiento y Diseño (TED), en la que incidió en la idea de que, pese al temor a una guerra nuclear, el gran peligro a nivel mundial sería una epidemia.
«Si algo ha de matar a más de 10 millones de personas en las próximas décadas, probablemente será un virus muy infeccioso más que una guerra», advirtió el magnate estadounidense, que ahora se puede considerar como un visionario en la crisis global provocada por la pandemia del coronavirus que tiene en estado de alarma al planeta.
En su conferencia TED, Bill Gates pone como ejemplo el peligroso avance del ébola y argumenta la necesidad de contar con especialistas preparados en todos los ámbitos para analizar y hacer frente a la propagación de la enfermedad. Para el filántropo estadounidense la siguiente gran epidemia «podría ser mucho más devastadora». Recuerda que también cabe la posibilidad de si llega un virus que se propaga por el aire como la gripe española, que acabó con más 30 millones de personas, la expansión resultará mucho más catastrófica si cabe.
Las soluciones que vislumbra Gates en su discurso hacen hincapié en contar con una organización a nivel internacional que trabaje en la prevención y análisis -asegura que la OMS se limita a monitorizar los resultados-. «Tenemos los instrumentos, pero hay que ponerlos al servicio de un sistema mundial general de salud. Y necesitamos estar preparados», avanzó al mismo tiempo que el Mundo no está preparado para una epidemia como la que actualmente la está sacudiendo.
La fórmula para afrontar crisis como la actual es «como en una guerra», es decir, invertir y tratar como se hace en la seguridad nacional para ir por delante y a la vanguardia de los adelantos para tener capacidad de reacción.
Las palabras del empresario parecen ahora, cinco años, después una premonición inquietante. «Puede que exista un virus con el que las personas se sientan lo suficientemente bien mientras están infectadas para subirse a un avión o ir al supermercado y eso haría que se extienda por todo el mundo de manera muy rápida».