El partido del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y la coalición liderada por el antiguo jefe del Ejército Benjamin Gantz, han empatado con casi la totalidad de los votos escrutados tras las elecciones generales disputadas este martes en Israel.
Con un 94 por ciento del recuento, tanto el Likud de Netanyahu como el Partido Azul y Blanco de Gantz cuentan con 35 escaños en la Knesset, según el diario israelí 'Haaretz'. Por detrás, se encuentran el partido ultraortodoxo Shas y el Judaísmo Unido de la Torá (UTJ), que también empatan con 8 escaños, seguidos por la alianza Hadash-Taal y el Partido Laborista Israelí, ambos con 6 escaños.
Hasta el momento no queda claro quién podrá reunir una mayoría suficiente para formar Gobierno, aunque los resultados hasta el momento apuntan a una clara ventaja por parte de la derecha y parece más probable que forme una coalición.
Tanto Netanyahu como Gantz han declarado su victoria, después de una jornada marcada por la baja participación y el escándalo provocado por la entrega de cámaras ocultas por parte del Likud a sus voluntarios en centros de votación de mayoría árabe-israelí.
«Esta es una noche de gran victoria», ha manifestado Netanyahu antes de recibir una gran ovación y justo antes de destacar su «dedicación por Israel». «Funciono día y noche para el país, para nuestra tierra», ha subrayado.
Por su parte, Gantz ha proclamado igualmente su victoria y ha resaltado que «la población israelí ha hablado». «Gracias a los miles de activistas y al más de un millón de votantes», ha manifestado.
«En estas elecciones hay un claro ganador y un claro vencedor. 'Bibi' (el apodo por el que es conocido el primer ministro) prometió 40 escaños y ha perdido a lo grande», ha remachado.
El partido que recibirá el mandato del presidente no será el más votado, sino el que cuente con una mayor plataforma para formar una coalición.