Al menos 75 personas han muerto -muchas de ellas mujeres y niños- y 140 más han resultado heridas en el atentado con coche bomba perpetrado el sábado por el Estado Islámico contra desplazados en la región siria de Deir Ezzor, según el balance publicado por el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
«El número de víctimas cuya muerte ha sido confirmada hasta ahora por el OSDH ha aumentado a 75, incluidos decenas de niños y mujeres», ha informado el Observatorio, una organización con sede en londres pero con una amplia red de informantes en territorio sirio.
El grupo ha explicado que «el número de víctimas está aumentando» y podría crecer aún más debido a la gravedad de las heridas de algunas de las víctimas.
El coche bomba fue detonado por los yihadistas con el objeto de causar víctimas entre un grupo de desplazados que estaban entre los campos de gas de Al Azba y Konito, al este del río Éufrates.
La zona está controlada por las Fuerzas Democráticas Sirias, una coalición kurdo-árabe respaldada por Estados Unidos y al menos dos miembros de las FDS han muerto y cuatro más han resultado heridos por la explosión.
Decenas de desplazados huyeron en dirección al desierto por miedo a un bombardeo de la coalición internacional tras la deflagración y se encuentran perdidos, según el OSDH.
El Estado Islámico ha intensificado el uso de atentados indiscriminados a medida que ha sufrido derrotas militares que han dejado reducidos los territorios que controla a zonas desérticas situadas en la zona fronteriza entre Siria e Irak.
El atentado de este sábado es muy parecido al perpetrado el 12 de octubre pasadO, cuando 18 personas murieron en la explosión de una bomba detonada por un suicida con la intención de herir a desplazados y a miembros de las milicias de las FDS en Abu Fas, en el sur de la provincia de Hasaka.