El primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, defendió el empleo del Ejército para recuperar zonas de las provincias de Kirkuk, Diyala y Nínive, en el norte del país y, que controlaban las fuerzas kurdas «peshmergas».
En sendas conversaciones telefónicas con el presidente francés, Emmanuel Macron, y el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, Al Abadi insistió en que fue un paso legal y constitucional, «para proteger a los ciudadanos, la convivencia pacífica y prevenir la división de Irak», según un comunicado.
Además, precisó que el objetivo de las operaciones era volver a desplegar las tropas iraquíes en los territorios que ocupaban en 2014, cuando los soldados huyeron ante la llegada del grupo terrorista Dáesh.
Macron, según la nota, mostró su apoyo a las medidas tomadas por el Gobierno iraquí para mantener la unidad del país y subrayó la importancia de concentrarse en la lucha contra el Dáesh.
Por su parte, Tillerson hizo hincapié en que Washington no reconoce el referéndum de independencia en la región autónoma del Kurdistán iraquí, celebrado el pasado 25 de septiembre, y que apoya la unidad de Irak y los pasos del Gobierno federal para evitar cualquier choque.
Hoy, el Ejército iraquí anunció el fin de la campaña para «imponer la seguridad» en zonas del noreste de Irak, después de haber recuperado varias comarcas de las provincias de Kirkuk, Diyala y Nínive, que estaban controladas por los «peshmergas».
En el referéndum de independencia celebrado por el Gobierno kurdo, con un 72 % de participación, el 92 % votó a favor, a pesar del rechazo de Bagdad, de países vecinos como Turquía e Irán y de la mayor parte de la comunidad internacional.
Tras la negativa de las autoridades kurdas de anular los resultados de la consulta, el Gobierno central tomó varias medidas para recortar prerrogativas a la región kurda, además de movilizar al Ejército para recuperar por la fuerza zonas que los «peshmergas» controlaban fuera de sus fronteras regionales.