El huracán Irma provocó sus primeros estragos en el Caribe, causando al menos ocho muertes y cuantiosos daños en Puerto Rico y las Antillas Menores, mientras República Dominicana y Haití, que comparten la isla de La Española, están en alerta ante el paso del ciclón en la madrugada de este jueves.
A su paso por Puerto Rico, Irma causó un muerto, cuantiosos daños, dejó un millón de personas sin luz y otras 4.000 en refugios y provocó destrucción en algunas islas de las Antillas Menores.
Según medios locales, el ya considerado huracán más potente que ha pasado por el Océano Atlántico, dejó la isla de Barbuda «casi inhabitable» e «inundada».
Según el primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, una persona falleció en Barbuda y el 95 % de las estructuras están afectadas.
En San Martin, donde el aeropuerto quedó prácticamente destruido, sus cuatro edificios más robustos están dañados, según el ministro del Interior francés, Gérard Collomb, y murió una persona.
Y en San Bartolomé otra persona murió y la estación de bomberos quedó inundada.
Mientras, en Puerto Rico, el alcalde de Manatí (norte), José Sánchez, informó de que una mujer de 76 años que iba en silla de ruedas se cayó mientras era rescatada en su vivienda y falleció en el hospital tras sufrir tres paros cardíacos.
En el Caribe, las isla Vírgenes Santo Tomás y Saint John sufrieron también cuantiosos daños, según el responsable de la división del Caribe de la Agencia Federal de EE.UU. para el Manejo de Emergencias, Alejandro De La Campa.
El ojo de Irma se encuentra a unos 80 kilómetros al norte de San Juan (Puerto Rico), según el boletín de las 24.00 GMT de este miércoles del Centro Nacional de Huracanes de EE.UU..
Se prevé que República Dominicana comenzará a sentir los efectos del huracán en la madrugada del jueves, en la medida en que el ciclón se aproxima al noreste del país.
A su paso ha dejado en Puerto Rico a un 60 % de los abonados de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) sin luz debido a las fuertes rachas de vientos que han causado daños en las infraestructuras eléctricas.
El huracán no entró directamente en Puerto Rico pero pasó al norte de la isla de Culebra, al este, para luego situarse a unas 48 kilómetros del noroeste.
Los vientos, que siguen azotando la isla, han llegado a alcanzar los 225 kilómetros por hora y 128 km/h en San Juan.
En la actualidad hay 22 hospitales de Puerto Rico funcionando con generadores, informó el director de la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (Aemead), Abner Gómez.
En Culebra, San Juan, Guaynabo, Caguas, Toa Alta, Luquillo y Fajardo, los destrozos en numerosos tejados son evidentes, así como en varios edificios.
Gómez indicó que este jueves se trasladarán numerosos generadores a Culebra y se inspeccionarán a fondo los daños, empezando por dicha isla y continuando por el noroeste de Puerto Rico para evaluar a cuánto ascienden los daños.
Las autoridades también advirtieron de la «gran cantidad» de carreteras en el noroeste que han quedado intransitables.
En el propio San Juan ya iniciaron las tareas de desescombro de algunas calles donde hay árboles caídos.
Un total de 4.000 personas están en los casi 500 refugios habilitados en distintas escuelas, agregó Gómez, quien anunció que mañana se podrá ya salir a la calle pero hasta entonces «no se debe salir. La vida es lo primero».
Se espera la caída de unos 35 centímetros de agua por las lluvias en la zona del norte y el nordeste de la isla se encuentra bajo aviso de inundaciones repentinas hasta el viernes. Casi una veintena de municipios podría quedar inundada.
En el interior, en la zona de Orocovis, se han registrado los primeros desbordamientos, sin que se haya informado sobre daños causado por los mismos.
El aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín cesó sus operaciones y se espera que el jueves se reabra no antes de las 16.00 hora local (20.00 GMT).
El presidente de EE.UU., Donald Trump, dijo que habló hoy con los gobernadores de los estados de Florida, Puerto Rico e Islas Vírgenes con el fin de trasladarles el apoyo del Gobierno ante el paso del huracán.