El multimillonario alemán y expropietario del Real Mallorca Utz Claassen estaría interesado en adquirir la fallida Air Berlin y reflotarla antes de que expire el plazo el próximo 15 de septiembre, según informa la publicación Der Spiegel.
Hace unos días conocimos el interés de la irlandesa Ryanair en la segunda mayor aerolínea alemana, declarada recientemente insolvente, aunque su consejero delegado, Michael O'Leary, pidió tener más datos sobre la situación financiera de la compañía para lanzarse a su adquisición.
Ahora la revista semanal de referencia de Alemania incluye entre los pretendientes para hacerse con el control y reconstruir de cero Air Berlin a quien fuera máximo responsable del club balear.
Según cita la publicación, Claassen no cuenta con «la mejor reputación en los círculos empresariales», envuelto en un debate público debido a que EnBW, la compañía de energía en Baden-Württemberg, también es insolvente.
Sin embargo, esta oportunidad es vista por algunos analistas como una opción de Claassen para resarcirse, siempre que concrete en los próximos días una buena oferta que le permita acceder a la aerolínea.
Nueva oferta
Por su parte, el también empresario alemán Alexander Skora ha sido el último en postularse como posible comprador de Air Berlin. Su intención es, a través de inversores internacionales desconocidos, mantener la continuidad de la actividad de la aerolínea, aunque conservando solamente una red limitada de vuelos de corto alcance hacia los destinos más populares.
En un comunicado recogido por Reuters, Skora apuntó a «rutas como Mallorca y otros destinos seleccionados». Esto significaría que Air Berlin se desharía de sus rutas de largo radio, las cuales podrían pasar a ser operadas por Lufthansa, quien ya ha mostrado interés en varias de ellas, o easyJet, según especula el empresario alemán.
«Cualquier oferta se haría conjuntamente con un consorcio de inversionistas de Israel, Canadá y Estados Unidos», agregó Skora en su comunicado, sin proporcionar detalles.
Cabe recordar que Air Berlin solicitó un crédito de 150 millones de euros al Gobierno Federal alemán para garantizar el mantenimiento de sus operaciones tras la declaración de insolvencia de la compañía.