La justicia australiana ha condenado este lunes a diez años de prisión al joven Sevdet Ramadan Besim por haber planeado en 2015 decapitar a un policía y perpetrar un atentado con un canguro bomba durante el día de los Veteranos, la conmemoración del desembarco en Galípoli del ANZAC (el Ejército conjunto de Australia y Nueva Zelanda) durante la Primera Guerra Mundial.
Besim, de 19 años, fue detenido después de que la Policía británica hallara una serie de mensajes de texto en los que mostraba su intención de decapitar a un policía y hacer estallar varios explosivos haciendo uso de un canguro durante el desfile conmemorativo del ANZAC que se celebró el 25 de abril de 2015.
El magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Victoria Michael Croucher ha indicado que la decisión de Besim de declararse culpable ha sido un factor fundamental a la hora de condenarlo a diez años de prisión en vez de quince. Croucher ha manifestado que su veredicto busca proteger a la comunidad de los «endemoniados» y «terroríficos» planes de Besim.
«Acepto que la edad e inmadurez del detenido son factores atenuantes. Sólo tenía 18 años y ahora tan sólo 19», ha señalado Croucher. Australia se encuentra en alerta por terrorismo desde que las autoridades detectaron en 2014 un aumento del número de atentados frustrados.
«La sentencia debe ser entendida en el contexto del aumento de los ataques perpetrados por lobos solitarios en el país durante los dos últimos años», ha explicado el experto en terrorismo de la Universidad de Deakin Greg Barton. «Cada uno o dos meses se producen avances en la materia que hacen de lo inimaginable algo muy concreto», ha añadido.
Según el Ministerio de Inmigración australiano, un centenar de personas han abandonado desde entonces Australia para unirse a grupos terroristas como Estado Islámico en Siria e Irak.