La Comisión Europea elevó la presión sobre las prácticas impositivas de Irlanda, Holanda y Luxemburgo al anunciar ayer una investigación sobre los acuerdos alcanzados por los tres países con Apple, Starbucks y Fiat. La UE está tratando de determinar si el tratamiento fiscal hacia las multinacionales en esos países, que ayuda a atraer inversiones y a crear puestos de trabajo que podrían trasladarse más bien hacia donde los clientes de las empresas tienen sus sedes, constituye ayuda estatal ilegal.
Las exenciones corporativas han copado la agenda política internacional en los últimos años ante las noticias sobre cómo compañías como Apple y Google usan estructuras complicadas para pagar menos impuestos. Los gobiernos han prometido modificar las leyes sobre la fiscalidad internacional, pero los expertos creen que la Comisión Europea tendría dificultades al revisar los acuerdos alcanzados por Irlanda, Luxemburgo y Holanda con su legislación actual.
Rechazo
Apple dijo ayer que no ha recibido ningún tratamiento fiscal especial de las autoridades irlandesas, al tiempo que el Gobierno de ese país indicó que está seguro de no haber violado ninguna norma sobre ayudas estatales y que defenderá su posición vigorosamente.
Fiat rechazó hacer comentarios y Starbucks no estuvo disponible. Sheila Killian, vicedecana del departamento de Contabilidad y Finanzas de la Universidad irlandesa de Limerick, dijo que el anuncio de Bruselas, nombrando empresas concretas, supone una postura más enérgica por parte de la Comisión.
Bruselas dijo estar investigando si los sistemas de precios de transacciones entre subsidiarias de las empresas -conocido como precios de transferencia- aprobados por las autoridades fiscales holandesas, irlandesas y luxemburguesas y que permitieron a las multinacionales reducir su factura tributaria fueron selectivas, y por tanto, supusieron incentivos injustos.
Pero Killian dijo que la legislación fiscal internacional da a las empresas una amplia flexibilidad a la hora de escoger los precios de transferencia.