Un nuevo atentado con coche bomba volvió a teñir de sangre ayer el barrio de Haret Hareik, en el sur de Beirut, considerado un feudo del grupo chií libanés Hezbolá, seis días después de que una acción similar matara en la ciudad a siete personas, entre ellas el exministro Mohamad Chatah.
Al menos cinco personas murieron y otras 77 resultaron heridas, según el ministro de Sanidad, Ali Hasan Jalil, quien señaló que la mayoría ya han salido del hospital y sólo quedan diez ingresadas, dos en cuidados intensivos y otra en estado muy grave.
La explosión se produjo hacia las 16.15 horas cerca del restaurante Jawad y de la antigua sede de la televisión Al Manar, órgano del grupo chií libanés Hizbulá, que fue destruida por Israel en la guerra de 2006.
Suicida
Un comunicado del Ejército señaló que el coche bomba empleado es un todoterreno Grand Cherokee cargado con 20 kilos de explosivos, según los resultados de las investigaciones preliminares.
Según diversas informaciones es posible que el atentado lo cometiera un suicida, como asegura el diputado Bilal Farhat, que visitó lugar y dijo que «se vio a un individuo salir del coche e inmolarse».
El atentado se produjo a una hora de gran concurrencia en una zona llena de restaurantes y comercios y destruyó la fachada de varios edificios y coches al tiempo que provocaba el pánico entre los habitantes del lugar, muchos de los cuales acudieron a la zona para ayudar.